No todo iban a ser cosas positivas en este nuevo Barça de Ronald Koeman. El esquema táctico planteado por el técnico neerlandés podríamos decir que en líneas generales ha pasado el corte ante el exigente socio culé, que llevaba años arraigado a un sistema específico como el 4-3-3. El aficionado más purista miraba con recelo el 4-2-3-1 planteado por Koeman, pero tras mes y medio de competición, se han disipado las dudas y el nuevo esquema ha conseguido corregir muchos errores del pasado, como el poco uso de las bandas, y ha potenciado a otros jugadores como De Jong, Coutinho o Griezmann.

En fase ofensiva el cambio ha sido positivo, pero no tanto en defensa, donde el conjunto blaugrana sigue teniendo problemas para defender en transiciones y el bloque bajo se descoordina con suma facilidad. Para este tipo de situaciones, un doble pivote se antojaba como la solución para que la distancia entre la línea defensiva y la del centro del campo se redujese y el rival no pudiese campar a sus anchas entre ambas.

En la teoría sí, pero no tanto en la práctica. De Jong, Pjanic y Busquets están teniendo muchos problemas para defender las transiciones. Sobre todo el canterano del FC Barcelona, que a sus 32 años ya está lejos de su mejor nivel físico y no puede abarcar tanto campo como antaño. Si bien es cierto que el jugador de Badía siempre ha sido reacio a compartir doble pivote, no es excusa ni justifica el nivel tan bajo que está mostrando en este arranque de temporada.

Busquets sentado en el césped del Camp Nou. Fuente: Getty

Frenkie de Jong es de los tres habituales el que menos perjudicado se ve en partidos de un nivel alto de juego y de ida y vuelta, pero tampoco es que esté demasiado acertado en las transiciones. Si bien es cierto que en ataque se le ve mucho más cómodo partiendo desde más atrás, con recorrido para romper líneas a través de la conducción, en fase defensiva sigue sin dotar al conjunto blaugrana de esa solidez que tantos años se lleva demandando. Pjanic es el tercero en discordia en esta posición de doble pivote, y aunque posicionalmente sea un jugador actualmente superior a sus dos compañeros, tampoco físicamente es exuberante y sus grandes virtudes están en el pase, la organización y la visión del juego.

En definitiva, el Barça sigue cometiendo los mismos errores defensivos de las últimas temporadas, y gran parte de las ocasiones que los contrarios generan vienen del espacio que hay entre líneas y que los pivotes hasta el momento no han sido capaces de erradicar. De Jong, Pjanic y Busquets deben de dar un paso más en la colocación para defender las transiciones, sobre todo en el momento posterior a la pérdida del balón, y defender el espacio que dejan a sus espaldas. A través de corregir estos errores se empezará a construir un Barça más fiable a nivel defensivo y que compita contra todos los equipos del continente.