Volvía el fútbol de clubes tras otro parón de selecciones y el Club Deportivo Leganés y el Fútbol Club Barcelona se citaban con motivo de la 14ª jornada de la Liga Santander. Debido a sanciones y lesiones, Ernesto Valverde se vio obligado a dar un giro a su habitual dibujo y formó con el sistema 4-2-3-1. Por primera vez desde que todos están en el club, Leo Messi, Luis Suárez, Ousmane Dembélé y Antoine Griezmann coincidirían sobre el terreno de juego como titulares. Enfrente, esperaba un renovado Leganés que parece haber visto la luz al final del túnel con la llegada de Javier Aguirre

Con las ideas claras, los locales saltaron a Butarque con su habitual 3-5-2 con el que pretendían cerrar mucho el carril central, por dónde el Barça realiza prácticamente todo su juego. Dicho y hecho. Su plan funcionó a la perfección durante el primer tiempo y los robo y salida no tardaron en llegar. Mediante una presión adelantada al borde del área contraria, los pepineros lograron recuperar la pelota  en el minuto 1 tras un error de Ter Stegen, pero Braithwaite la mandó a las nubes. Por desgracia para los de azulgrana, en la segunda oportunidad no serían tan benevolentes. Tras un robo en campo propio y una buena maniobra de Rubén Pérez, los de Javier Aguirre encontraron a un Roque Mesa que habilitó a Youssef En-Nesiry para que, de un zurdazo, pusiese la pelota en la escuadra. Era el 1-0 en el minuto  11 y el Barça ya se veía otra vez a la deriva.

Con el marcador a favor, el Leganés dio un paso hacia atrás y el Barça empezó a monopolizar el balón. Aún así, la siguiente llegada fue también de los locales, que a punto estuvieron de convertir una pérdida de Dembélé en campo propio en el 2-0. El disparo de Óscar Rodríguez golpeó el lateral de la red. A partir de ahí, la fase ofensiva de los colistas desapareció. Busquets y De Jong comenzaron a encontrarse más cómodos en el centro del campo y eso se convirtió en largas posesiones en las que, no obstante, seguían sin generar peligro. En los primeros 45 minutos, solo dos remates de Suárez pusieron en apuros a Cuéllar. 

El paso por vestuarios pareció despertar al Barça. Nada más comenzar el segundo tiempo, un córner lanzado por Messi fue rematado al palo largo por Gerard Piqué. Y, precisamente también a balón parado, llegó la siguiente jugada de peligro. Esta vez, una falta desde tres cuartos de campo colgada por Messi sí fue enviada por Luis Suárez al fondo de la red. Sin un gran juego, la pegada volvía a solventar una papeleta que se estaba complicando más de la cuenta. 

Las aguas se calmaron con el tanto del empate y Ernesto Valverde decidió dar entrada a dos centrocampistas, Arturo Vidal e Iván Rakitic, para tener más control del juego. El sistema de inicio pasó al habitual 4-3-3 que ya no contaba con Antoine Griezmann ni Sergio Busquets. El dominio se multiplicó, pero las ocasiones seguían sin aparecer obviando alguna apertura a la llegada de los laterales o algún tiro lejano sin fortuna. 

Cuando llegaban los diez últimos minutos y parecía que el Leganés se disponía a dar un último arreón, el Barça logró realizar una contra que terminó en córner. Por segunda vez, el balón parado se volvería a convertir en protagonista. El saque de esquina lanzado por Dembélé golpeó el talón de Rubén Pérez y terminó en los pies de un Arturo Vidal que introdujó el balón en la portería cuando ya estaba en boca de gol. Así, los azulgrana daban la vuelta a un partido más en el que el nivel volvió a ser muy pobre. Pese a todo, los de Valverde seguirán líderes una jornada más y obligarán a sus rivales a ganar si no quieren quedarse rezagados.