Tras un año de adaptación nada sencillo donde los problemas tanto institucionales como deportivos del club eclipsaron la primera temporada completa de Frenkie De Jong en Barcelona, esta tenía que ser la de su explosión definitiva. De Jong era uno de los grandes beneficiados por la llegada de Ronald Koeman: le conocía de la selección neerlandesa y apostaría por el doble pivote que tan buen rendimiento ha hecho sacar al mediocentro, sobre todo en su etapa del Ajax donde maravilló en Champions. Nada más lejos de la realidad.

De Jong empezó la temporada dubitativo, perdido en el doble pivote que, a priori, estaba hecho para sacar su mejor rendimiento. Busquets no es su socio ideal; no se entienden, se potencian y se complementan como una de las grandes parejas de mediocentros que deberían de ser, mientras que Pjanic tampoco ha arrancado la temporada por la labor de discutir la titularidad al canterano. En un contexto futbolístico donde debería brillar, la luz de Frenkie se estaba apagando.

Sin embargo, durante las últimas semanas el neerlandés ha empezado a parecerse cada vez más al centrocampista completo y diferente por el que el Barça pagó 75 millones al Ajax hace dos años, y no al jugador promedio que estaba siendo hasta ese momento. Su protagonismo se ha acrecentado gracias a la implementación del 4-3-3, esquema táctico con el cual De Jong ha recuperado su nivel. La temporada pasada no se sentía cómodo con esta formación: por posicionamiento estaba alejado de la base de la jugada y era un interior que tenía que jugar entre líneas. Un error enorme que nos privó de ver al mejor De Jong.

De Jong ante el Valladolid. Fuente: Getty

En cambio, ahora con la inclusión de Pedri, el Barça ya tiene a ese futbolista que se mueve entre líneas por zona de tres cuartos y sirve de nexo de unión entre centro del campo y delanteros. Ahora la labor de De Jong es la de tener protagonismo en la salida de balón: Busquets se incrusta entre centrales o retrasa su posición, formando una línea de tres en defensa, para que el neerlandés baje a recibir a la base de la jugada y sea, junto a Pedri, los encargados de proyectar el juego en ataque. En los siguientes mapas de calor podemos ver el posicionamiento más retrasado de De Jong durante los últimos partidos ante Athletic y Granada.

Mapa de calor ante Athletic y Granada. Fuente: SofaScore

Además, combina esto con la capacidad de poder llegar a área rival desde segunda línea, puliendo una característica desconocida hasta ahora como blaugrana y que tan bien le vendría al equipo que mejorase. De hecho, sus dos únicos goles esta temporada los ha marcado este último mes de competición, ambos claves para conseguir las victorias ante la Real Sociedad y Huesca. Precisamente, durante los encuentros ante Valencia, Eibar y Huesca, se aprecia claramente como pisa más área rival y sus apariciones en ataque son más habituales.

Mapa de calor ante Valencia, Eibar y Huesca. Fuente: SofaScore

No son solo las sensaciones, sino que los números también refrendan la mejora en el rendimiento de Frenkie De Jong durante estos últimos partidos. Ante el Granada cuajó un partido muy completo, siendo protagonista en la salida de balón, con dos key pases en fase ofensiva y 5 de 6 en duelos ganados en defensa en solamente 65 minutos. Ante el Athletic ganó cuatro duelos y obtuvo 6 intercepciones, siempre bien posicionado y evitando las transiciones del conjunto rojiblanco. Todo ello implica una mejoría no solo en ataque, sino también en fase defensiva, que estaba siendo uno de los talones de aquiles del equipo.

El FC Barcelona necesitaba este nivel de Frenkie De Jong para cerrar absurdos debates sobre su continuidad en el club. Su fichaje se realizó de manera estratégica para cubrir una posición para los próximos años y así debería de ser. A este nivel de rendimiento no volverá a haber dudas sobre su futuro, que debe de estar ligado al Barça por el bien del club.