Los hombres de Saras fallaron en la misión de asegurar el factor cancha y viajar a Málaga con la tranquilidad que supone un 2 a 0 en la eliminatoria. Además, tenían la oportunidad de conseguir la vigésima victoria de la temporada en el Palau y mantener el invicto en casa, pero Unicaja desplegó un poderío físico que fue demasiado para los azulgranas. El técnico lituano reconoció en rueda de prensa que debían mejorar en el aspecto defensivo si no querían volver a sufrir más de la cuenta, especialmente bajo los tableros.
Jasikevicius decidió mantener la apuesta con la que partió en el primer partido de la serie y no introdujo cambios en el quinteto inicial. Sin embargo, el Barça comenzó fallando sus cuatro primeros tiros de campo y Unicaja aprovechó cada posesión para empezar mandando en el marcador. Saras paró el partido por primera vez con un 1 – 10 en contra y pidió que sus hombres circularan el balón con criterio para encontrar situaciones de tiro mucho más cómodas.
Diferentes árbitros, misma pasividad que en el partido anterior. A los seis minutos de partido, Saras recibió la primera advertencia tras mostrar su disconformidad con varios contactos no señalados sobre sus jugadores. El Palau fue una olla a presión desde el salto inicial, y eso ayudó a que el Barça pudiera recortar distancias con Unicaja antes del final del primer cuarto, comandados por un enérgico Jokubaitis y un Tobey que tuvo que abandonar el parqué tras una mala caída sobre su tobillo derecho. Los azulgranas cerraban el primer cuarto siete puntos por debajo de unos malagueños que parecían tener respuesta para todo (18 – 25).
El Barça salió mucho más activo en defensa y mucho más solidario en las ayudas, lo que inevitablemente les condujo a cargarse rápidamente de faltas. Sin embargo, ese cambio de actitud les hizo acercarse en el marcador y meterse de nuevo en el partido. La ventaja de Unicaja se tambaleaba ante el asedio azulgrana y la intranquilidad se apoderó del técnico del conjunto malagueño, Ibon Navarro, que vio la técnica por protestar. La ‘doble K’, Kuric (13 puntos) y sobre todo Kalinic (14 puntos, 4 rebotes y 20 de valoración), subieron la intensidad del partido con recuperaciones y canastas rápidas que dejaron a los azulgranas solo a tres puntos de los malagueños antes del intermedio (37 – 40).
El Barça no quitó el pie del acelerador tras el descanso y consiguió ponerse por delante por primera vez en el partido tras dos cuartos y medio. No fue la noche de Mirotic (1/9 en tiros de campo). Unicaja, consciente del daño que les hizo en el primer partido, no dudaron en ponerle dos hombres encima cada vez que recibía el balón cerca del aro, lo que provocó unos porcentajes muy pobres por parte del hispano-montenegrino. Sin embargo, pese a estar lejos de su mejor versión, la estrella azulgrana se inventó una jugada de fantasía que obligó a Unicaja a pedir tiempo muerto.
La ventaja azulgrana se desvaneció en cuestión de posesiones. La inconsistencia de los de Saras no les permitía pensar con claridad con el marcador apretado. Kravish lució poderoso en la pintura (13 puntos y 8 rebotes) y Kendrick Perry (13 puntos y 5 asistencias) demostró por qué estaba siendo la mayor amenaza de los malagueños y enfrió al Palau con una bomba sobre la bocina que ponía el +6 para Unicaja antes de afrontar el último cuarto de partido (57 – 63).
Mención especial para Nico Laprovittola, que apareció cuándo el equipo más lo necesitaba con 19 puntos, 3 triples y un 18 de valoración, pero no fue suficiente. El último cuarto se vio sumergido en una polémica constante. Abrines fue expulsado por acumulación de faltas, al Barça le pasaba factura cada vez más la frustración arbitral y estaba cada vez más lejos de volver al partido. A falta de cinco minutos para el final, Unicaja puso el +16 en el marcador y consumó la debacle blaugrana, que solo pudo maquillar el resultado en las últimas posesiones del partido (79 – 88).
En zona mixta, un exhausto Kyle Kuric reconoció que el equipo debía ser mucho físico si querían estar al nivel de Unicaja. En rueda de prensa, Saras admitió ante nuestros micrófonos que le molestaba haber perdido el factor cancha, pero sobre todo lamentó queel equipo cometiera los mismos errores que casi les cuesta un disgusto en el partido anterior. Sin embargo, pidió calma y aseguró que analizarían en qué habían fallado para tratar de reaccionar en Málaga. El próximo partido será este domingo a las 18:30 en el Palacio de los Deportes Jose María Martín Carpena.