El Barça vive instalado en un pozo sin salida desde la marcha de Busquets. Con él, el organigrama del centro del campo se desdibujó y dejó una medular desnuda de perfiles defensivos. De los pocos que te ofrecen esa garra, Gavi. La baja más sensible de este curso ha demostrado lo mucho que se ha extrañado en partidos importantes. Se ha probado ubicar a diferentes jugadores en el pivote, pero ninguno acaba de ofrecer las prestaciones del ‘pulpo de Badia’.

El club está a merced de obrar milagros mediante resultados y una presión que se extiende al rendimiento de los pupilos de Xavi en el terreno de juego. Este fin de semana se ha visto una vez más un nuevo episodio de la más que reconocida ‘pasividad defensiva’. Un término que se repite como el ajo en prácticamente cada jornada y del que cuesta ver la luz al final del túnel. El Celta no tuvo pudor en adentrarse hasta la cocina y poner en aprietos a Ter Stegen, mientras sus compañeros le ponían la alfombra roja a los de Rafa Benítez.

El dilema del pivote y la jerarquía de fichajes

Hay que reconocer que pese a que la situación económica no acompañe, el Barça ficha y vende peor que otros clubes. Cuando la necesidad era cubrir el agujero del pivote, se priorizó a Vitor Roque por una cantidad que se podrá discutir más o menos en función de su rendimiento, pero la elección ahí está. Oriol Romeu volvió para ‘hacer de Busquets’ y no prolongó su rendimiento visto en Girona y luego Frenkie de Jong no acaba de dar ese paso al frente de forma definitiva.

Frenkie de Jong entrenando junto con Marc Casadó | Fotos: FC Barcelona

«Este Barça no es el Madrid que acaba 5º y te gana la Champions»

Asimismo, se ha podido ver como el experimento de Christensen, al igual que Eric García en su momento, tampoco es una solución viable a medio plazo, por lo que uno se plantea, ¿Cuál puede ser la solución? En este sentido, no queda otra que mirar hacia La Masia y seguir brindando oportunidades a aquellos que te pueden ofrecer lo que buscas y que se esfuerzan como los que más en ayudar al club. Véase Marc Casadó u otros canteranos que pisan fuerte entre Juvenil y Barça Atlètic.

Si bien la actitud de algunos miembros de la plantilla actual es para hacérselo mirar, por mucho que Xavi Hernández diga que los puntos conseguidos, tras comunicar su marcha, indican una mejora, decir que el equipo ha jugado bien cuando ha ganado por un penalti ‘in extremis’ es para reflexionar. Todo esto, antes de viajar a Nápoles para jugarte la última baza de un Barcelona que tiene muchas opciones de cerrar el curso en blanco. Porque sí, aunque haya a quien le cueste reconocerlo, este Barça no es el Madrid que acaba quinto en Liga y te gana la Champions, como en el año 2000.