Junior Firpo cumplirá, al término de esta, su segunda temporada vistiendo de azulgrana. Se incorporó en agosto de 2019 y, visto en perspectiva, seguramente lo hizo en el peor momento posible. Al hispanodominicano le ha tocado vivir las horas más turbulentas del Barça en las últimas décadas.

En dos temporadas ha convivido con tres técnicos distintos: Ernesto Valverde, que lo acogió a su llegada, Quique Setién, que pasó fugazmente dejando el recuerdo del 2-8 y ahora Ronald Koeman. Con ninguno de los tres ha tenido una cuota relevante de protagonismo, pero esto podría cambiar con el nuevo sistema del técnico neerlandés, 3-5-2, en conjunción con otras circunstancias no tan halagüeñas.

Koeman sorprendió a todo el barcelonismo poniendo sobre el campo a 5 defensas, aunque dos de ellos, los carrileros, prácticamente no ejercen como tales. Con el paso del tiempo se ha demostrado que es el esquema que, bajo su dirección, más favorece al equipo, ya que les permite presionar de forma muy ordenada y aumentar la movilidad en ataque sin quedar descubiertos atrás, y también podría ser el mejor para el lateral de 24 años.

Firpo batalló bien ante Kylian Mbappé | Getty Images

Uno de los principales problemas que se le han achacado a Firpo desde su llegada es la falta de atrevimiento, que sí que demostró en el Betis, así como algunas lagunas en cuanto a concentración defensiva. El nuevo sistema le permitiría bien ejercer como carrilero, donde podría recorrer la banda sin temor a desproteger sus espaldas, o bien experimentar con una nueva posición que ha sabido desempeñar con relativo éxito: defensa central.

Ante el PSG, en la vuelta de los octavos de final, a Junior se le asignó la hercúlea tarea de frenar a Kylian Mbappé y, para sorpresa de presentes y pendientes, lo consiguió en buena medida. Más allá de esto, su participación puede resultar necesaria en algunos casos debido a la complicada temporada de Gerard Piqué y, en menor medida, de Araujo en cuanto a lesiones. Además, la baja forma de Umtiti y el insuficiente nivel que ha demostrado Clément Lenglet en varios encuentros completa el desafortunado cuadro de situación que hace necesaria la incorporación de efectivos a la defensa.

Junior Firpo ha tenido minutos como central y lateral | Getty Images

Por otro lado, Jordi Alba ha “resucitado” de unos años lejos de su mejor nivel, pero el de l’Hospitalet acumula muchísimos minutos y necesita un relevo de garantías. Hasta el momento se ha puesto en duda la figura de Junior en este rol, pero lo cierto es que no ha desentonado en el puesto durante las últimas jornadas. Sea como fuere, es un jugador más de la plantilla, y Koeman podría darle algo más de protagonismo en este tramo clave de la temporada. Físicamente está más que preparado, y una dosis de confianza podría destapar al Firpo que el Barça lleva dos temporadas buscando.

Más allá de lo deportivo, es uno de los primeros nombres en la lista de transferibles, y una cuota de juego regular podría volverlo a situar bien en el mercado. Se trata de un jugador que tuvo ofertas por valor de 30 millones de euros y dejó una gran sensación en su paso por el Betis, hasta el punto de debutar con la Selección Sub-21 en septiembre de 2018. Aunque sea por un corto periodo de tiempo, Junior y el Barça se necesitan mútuamente para llegar a buen puerto.