Saber estar y aportar. Dos premisas en apariencia sencillas que, como hemos atestiguado a lo largo de las últimas temporadas, no todos los jugadores que pasan por el Camp Nou quieren asumir e interiorizar. Franck Kessie, el Presidente, está demostrando desde el primer minuto en el que pisó la Ciudad Condal ser ejemplo de todo lo que un club le puede pedir a un futbolista: compromiso, adaptación y, sobre todo, excelente disposición.
El marfileño llegó al Barça en una situación que no prometía ser fácil, pues venía de ser uno de los pesos pesados en el vestuario del Milan y siendo intocable en el once inicial de Stefano Pioli. Vistiendo de blaugrana, Kessie ha debido esperar al quinto partido oficial de la temporada, cuando llegaron las rotaciones de Xavi, para debutar como titular y disfrutar de protagonismo de cara a la afición. Y Franck ha demostrado ser de los que no desperdician oportunidades y baten récords en el proceso: vio portería a los 13 minutos de comenzar el partido y se convirtió en el culé más rápido de la historia en marcar en su debut en Champions League. Superaba así a Sergio Busquets, que lo hizo a los 15 minutos en su debut contra el Basilea en 2008. Toda una declaración de intenciones.
Y es que el Presidente ha aceptado con tranquilidad y raciocinio su (de momento) papel secundario en el vestuario de Xavi, con la fe inquebrantable de llegar a ser imprescindible a medida que pasen los meses. Antes de su debut en Europa, tuvo 18 minutos contra el Rayo, cinco contra la Real, 14 minutos frente al Valladolid y no dispuso de tiempo de juego ante el Sevilla. Sabiendo que el fútbol es una meta colectiva, Kessié es de esos jugadores de equipo que, en una era de egos y vestuarios conflictivos, sabe respetar la calidad del compañero y las decisiones del técnico. Y además de todo eso, rindiendo al máximo cuando le llega la hora.
Desde el club alaban su nivel de adaptación a la ciudad, y no ha dudado en ponerse a aprender castellano para mimetizarse en su nuevo ambiente, una liga española en la que no tenía ninguna experiencia previa. Se dice que ha jugado además un papel clave en su aclimatación el mismísimo Yaya Touré, compatriota que se apresuró a echarle una mano y darle consejos de cara a su nueva vida.
En el proyecto de Xavi se echaban en falta futbolistas que crean estoicamente en sus posibilidades de ganarlo todo. Con las nuevas incorporaciones como la del marfileño, se respira de nuevo un clima ganador en el vestuario, de ambición desmedida y guerreros remando todos a una. Nos vuelven a esperar noches de gloria en el Spotify Camp Nou.