A diez días de cumplirse dos años de su fichaje por el Barça, Ousmane Dembélé ha dejado más sombras que luces en sus dos primeras temporadas como blaugrana, perdiéndose citas importantes que los culés recuerdan tan amargamente como las de Anfield o la final de Copa ante el Valencia, tras lesionarse fatídicamente en Balaídos, un partido en el que el Barça ya no se jugaba nada en la Liga. Sus constantes lesiones, numerosos retrasos en los entrenamientos y notable falta de disciplina, han sido claves para que aún no se haya podido hacer un hueco en el once de Valverde.

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Dembélé y su lesión en Balaídos, en el tramo final de la temporada pasada|Fuente: EFE

El jugador francés llegó como sustituto de Neymar, que abandonó el Barça a las puertas de una Supercopa de España que el conjunto azulgrana, aún en shock por la salida del brasileño, acabaría perdiendo, dando una mala imagen ante el Real Madrid. Dembélé aterrizó en Barcelona a precio de crack, por 105 millones de euros más 40 en variables. El Borussia Dortmund, consciente del jugoso dinero que el Barça tenía en sus arcas tras ingresar 222 kilos por Neymar, no iba a dejar salir al francés a cualquier precio.

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Dembélé, en su presentación como nuevo jugador del Barça, en agosto de 2017|Fuente: Andreu Dalmau (EFE)

El extremo francés afronta su tercera temporada de azulgrana con el objetivo de consolidarse como un jugador importante dentro de la plantilla y conseguir la regularidad que tanto le ha faltado en estas dos últimas campañas. Como muestra de su compromiso con el equipo, Dembélé acortó sus vacaciones una semana antes de lo previsto, e inició los entrenamientos más enchufado que nunca. Sabe que, sí o sí, ésta es su temporada, y que la paciencia del club y de los aficionados no es eterna.

La llegada de su compatriota Antoine Griezmann, si bien puede verse como un obstáculo para hacerse con la titularidad, es más bien una buena noticia para el francés. Tiene a su lado a uno de sus mejores amigos dentro de la selección francesa. Su buena sintonía, dentro y fuera del terreno de juego ya se hizo notar en el partido ante el Nápoles, en el que marcó el cuarto y último gol y, además, dio una asistencia a Suárez. Sabe que tiene en el campo a un poderoso aliado que le puede ayudar a mejorar y a centrarse de una vez por todas.

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Dembélé y Griezmann ya son inseparables también en el Barça, como se pudo apreciar ante el Nápoles|Fuente: FC Barcelona Noticias

Ahora mismo, con la más que probable baja de Messi para San Mamés, el jugador francés repetirá delantera con Griezmann y Luis Suárez, que tan buen sabor de boca dejó en el último partido de pretemporada ante el Nápoles de Ancelotti. Tiene ante sí el reto de demostrar que, pese a una hipotética vuelta de Neymar y verse relegado a un rol muy secundario, puede jugar un papel muy importante esta temporada. La hora de Dembélé ha llegado. Esperemos que, a la tercera, vaya la vencida.