Visitaba el FC Barcelona el siempre complicado Ipurúa con dos novedades en el once inicial, las de Umtiti en el eje de la zaga -titular varios meses después y recién salido de lesión- y la de Sergi Roberto en el lateral derecho.

Ya en los primeros compases de juego los de Valverde dejaban bien claro cuál era la intención, robar rápido y salir por banda. El Éibar también sabía que debía hacer, asediaría el área culé con constantes centros. Los blaugranas salieron mejor y en las primeras combinaciones dejaban muestras del peligro que poco después generarían. Prueba de ello fue una espectacular jugada de Suárez que con un genial caño se llevó a su marca e intentó anotar, desde el medio del campo, un gol digno del Premio Puskas.

Poco a poco los armeros iban cogiéndole la temperatura al encuentro y empezaban a poner en aprietos a la zaga liderada por los franceses Umtiti y Lenglet. Pedro León y Cote guiaban a los de Mendilibar con precisos envíos al área buscando el remate de sus dos puntas pero los blaugranas -hoy de amarillo- achicaban, no sin problemas, dichas llegadas.

Sería a los trece minutos de juego y tras un envío largo de Lenglet a la espalda de la defensa armera cuando llegó el gol de Antoine Griezmann. El ex del Atlético se plantó mano a mano con Dmitrovic, previo resbalón de De Blasis, y de manera ajustada anotó su cuarto gol en la competición doméstica con la elástica culé. Los locales seguían a lo suyo y sin rendirse buscaban a unos desafortunados Charles Díaz y Sergi Enrich por alto, pero los centrales del FC Barcelona no concedían la más mínima opción a los atacantes.

Griezmann en el momento del primer gol | Vía mundodeportivo.com

Pasada la media hora de juego, y ya bien asentados en el complicado Ipurúa, los del Txingurri comenzaban a batir líneas de pase para dejar a Leo Messi y Luis Suárez en posiciones de claro peligro. Fruto de uno de estos pases, el argentino se plantó cara a cara con Dmitrovic pero el meta serbio desbarató desde el suelo el segundo tanto y mantuvo con vida a los suyos.

Sin mayores novedades, más allá de la inexistencia de añadido en la primera mitad, Melero López señaló el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.

La salida de vestuarios dejó un cambio en los de Valverde y Nélson Semedo sustituía a Sergi Roberto, lesionado. Al de Reus parece que se le harán en las próximas horas las necesarias pruebas médicas para precisar el alcance de sus molestias.

A los pocos minutos Luis Suárez avisaba pero su gol fue anulado por un ligero fuera de juego. Sería poco después, a los cincuenta y siete minutos, cuando Leo Messi anotó su particular tanto. El argentino recibió dentro del área -sin marca alguna- un genial balón de Griezmann y con la sutileza que le caracteriza definió ante el meta armero con un suave pase a la red.

Los de Mendilibar mantenían su estilo de juego pese al resultado y el Barça se sentía muy cómodo. Prueba de ello fue un espectacular pase de Antoine Griezmann a la espalda de los centrales que dejó solo al de Rosario pero Leo Messi esperó la llegada del pistolero y el uruguayo firmó el tercer tanto del encuentro.

Con el partido europeo en mente, el técnico extremeño movió fichas y dio descanso a Arthur Melo y De Jong sacando en su lugar a Arturo Vidal y Rakitic.

La entrada de Edu Expósito oxigenó en cierta manera a la medular armera pero el partido ya estaba roto. Mendilibar buscó con Inui y el ex del Deportivo de la Coruña tener el balón pero poco le preocupaba esto a los culés que vivían de rápidas transiciones ofensivas a culminar por la “MSG”.

El encuentro terminó así, sin mayores novedades. Los de Ernesto Valverde cosechan tres importantes puntos y firman su cuarta victoria consecutiva en el campeonato liguero colocándose líderes de manera provisional a la espera de lo que haga el Real Madrid ante el Mallorca. Próxima parada; Champions League.