Corren tiempos difíciles en Can Barça. Sin opciones de Liga, eliminados de la Copa del Rey, la Supercopa y con una Champions League en el horizonte que se presupone imposible. La reacción de Xavi es conocida por todos: anunciar que se marcha a final de temporada, alegando que así “los jugadores se quitarán presión y reaccionarán”. Tres partidos más tarde, la plantilla sigue sin responder y la entidad culé sigue cayendo en un pozo que parece no tener fondo.

Pau Cubarsí (Photo by Angel Martinez/Getty Images)

Pero algunos jóvenes no quieren rendirse. Los Cubarsi, Lamine, Fort, Fermín y compañía han visto una oportunidad para reivindicarse, en un contexto donde el carácter brilla por su ausencia. Con los veteranos rindiendo por debajo del nivel esperado, los canteranos se han instalado en el once titular y, liderados por un Lamine que postula a MVP de la temporada, están aportando algo de ilusión de cara a los retos que aún les quedan a los culés en este 2024.

Cancelo llegó en verano como una solución para ambos laterales, pero su rendimiento ha sido discontinuo. Lo mismo le ha ocurrido a Gündogan o a De Jong, que pese a que han sido jugadores importantes, su rendimiento está lejos del que se imaginaba el culé cuando se les contrató. Lewandowski pide a gritos un reemplazo y la defensa no ofrece las mismas garantías que la temporada pasada. Sin Gavi, la plantilla necesitaba voces que rompieran con el discurso victimista que rodea al equipo y que se rebelaran ante la situación. Y así lo ha hecho la masía. Nunca se debió dejar de lado.