No cabe duda de que el Barça tiene hambre de títulos y ha demostrado que vuelve con ganas de consolidar una buena temporada, aunque las sensaciones que había generado hasta ahora no fueran del todo satisfactorias. En el primer partido después del parón de tres meses, los de Setién se mostraron cómodos y concentrados desde el primer momento.

Sería Arturo Vidal el que abriría la lata con un gol de cabeza en los primeros compases del encuentro, tras un magnífico centro de Jordi Alba, si bien la jugada partió de las botas de Frenkie De Jong tras una gran recuperación. Después del tanto, no bajaron los brazos y nos regalaron uno de los mejores comienzos del Barça en lo que llevamos de temporada, manteniendo una gran presión en la salida de balón del Mallorca, recuperando el esférico con rapidez.

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A medida que avanzaba el encuentro, el Mallorca iba ganando más posesión del balón, canalizando sus mejores ocasiones por medio de Take Kubo (exjugador blaugrana), quien puso en aprietos a Ter Stegen con un disparo desde la frontal y posteriormente, con un lanzamiento de falta con el que pretendía sorprender al guardameta azulgrana.

Precisamente cuando el Mallorca atravesaba su mejor momento en el partido, Braithwaite aprovechó el revuelo que se había generado en el área para hacerse con un balón muerto y rematar a bote pronto desde el punto de penalti, marcando su primer gol como jugador azulgrana. Con este 0-2 el Barça afrontaba el descanso, cerrando una primera parte bastante buena en líneas generales.

En el segundo tiempo, Vidal fue sustituido por Rakitic y Suárez se reincorporó al partido en sustitución de Griezmann. Precisamente tras la entrada del uruguayo, Braithwaite tuvo una gran ocasión para poner el 0-3 en el marcador, disparo que fue desviado por el portero del Mallorca. Poco después, Suárez buscaba su gol con un disparo de tacón, jugada que intentó finalizar Araujo con un disparo desviado al poste izquierdo de Reina.

Tras realizar dos cambios más en las filas del Barcelona, incorporando a Semedo y Arthur por Sergi Roberto y Busquets, el partido empezó a asentarse y todo apuntaba a que finalizaría con el 0-2 a favor de los culés. Sin embargo, tras ser amonestado con una tarjeta amarilla, Jordi Alba aprovechó un gran pase de Leo Messi para anotar el tercer tanto del encuentro.

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Y cuando parecía que el partido estaba sentenciado, apareció el argentino en el tiempo de descuento, aprovechando una gran contra de Suárez, entrando al área y batiendo a Reina. De esta forma, el Barcelona ponía el broche de oro a un encuentro, con el que consiguió transmitir muy buenas sensaciones de cara al final de esta temporada.