Este año iba a ser difícil en Can Barça, en todos los sentidos, se podría denominar como un año de transición. En lo futbolístico, se fueron jugadores veteranos – a otros los echaron – para dejar paso a los jóvenes. Chavales llenos de ilusión y con ganas de triunfar y llevar al Barça a lo más alto. El ambiente no ayudó, ni lo sigue haciendo hoy en día: denuncias, impagos, desconcierto deportivo, crisis institucional… El Barça está sumergido en una continua improvisación sin nadie que dirija el timón del barco, pero sí que hay algunos nombres propios que se encargan de marcar el rumbo del primer equipo.

Ronald Araujo

El peso del dorsal número 4 no le influye a pesar de haber sido utilizado por grandes jugadores del club como Márquez, Cesc, Rakitic y el propio Koeman. Cuando vimos la gravedad de la lesión de Piqué todos nos llevamos las manos a la cabeza. Se cayó de la lista el pilar fundamental de la zaga blaugrana, la zona donde más sufre el Barça. ¿Qué iba a pasar? ¿Quién iba a jugar? Llegó Ronald Araujo e hizo que también nos lleváramos las manos a la cabeza, pero esta vez sorprendidos por el gran nivel que ha demostrado sobre el terreno de juego.

Ronald Araujo durante la final de la Supercopa. Fuente: Getty Images
Ronald Araujo durante la final de la Supercopa. Fuente: Getty Images

Actualmente es el líder de la defensa del Barça. Garra, trabajo y fe, son tres palabras que le caracterizan al joven uruguayo. La media de pases por partido de Araujo está en 67,6 y suma un total de 52,4 pases completados por partido, lo que es igual a un 91% de efectividad en los pases. Otra característica que destaca de él es lo limpio que juega y las pocas faltas que comete a la hora de defender. De 10 partidos que ha jugado, no ha recibido ninguna tarjeta. Ha recibido más faltas de las que ha cometido él mismo. La media de faltas por partido es de 0,5 y el porcentaje de duelos totales ganados es del 74%. Es un jugador rápido, potente en el 1 contra 1 e inteligente cuando defiende a campo abierto.

En lo que va de temporada tan solo ha marcado un gol, y qué gol. Fue delantero centro hasta los 17 años, lo que nos indica que tiene olfato goleador a pesar de no haber marcado casi. Su 1’88 metros de altura le permite ser un central fuerte en los duelos aéreos, ha ganado el 71% de los duelos que ha disputado.
Las comparaciones son odiosas y más cuando se trata de jugadores tan jóvenes, pero muchos ven en él al sucesor de Piqué con algo de Puyol. Hasta ahora ha demostrado a la afición y a Koeman que hay central para mucho tiempo y, por fin, parece que es un jugador en el que podemos depositar nuestra confianza, algo que la zaga del Barça había perdido desde hace tiempo.

Frenkie De Jong

Si el Barça comienza a sonreír es, en parte, gracias al buen rendimiento que está ofreciendo el holandés en el centro del campo. El 2021 y su nuevo rol están siendo muy positivos para él (aunque está palabra de miedo pronunciarla ahora mismo). Se encarga de dar comienzo a las jugadas, ve todo de cara, conduce el balón, rompe líneas y, además, ha demostrado ser un gran llegador. En lo que va de año ha marcado 3 goles (4 en total) y ha dado 2 asistencias (3 en lo que va de liga) y parece estar más cerca del Frenkie De Jong que todos queremos ver.

A sus 23 años es, actualmente, el líder del centro del campo y el único indiscutible en el nuevo 4-3-3 que propone Koeman. Completa el 90% de los pases que da durante los partidos, de los cuales el 92% son en campo propio y el 89% en campo contrario, según los datos de Sofascore. Se encarga de llevar el ritmo del juego y en el último partido contra el Elche se vio, cuando él quiere, el Barça genera peligro en ataque. Hasta ahora ha completado el 86% de los regates que ha realizado y tiene una media de 5,9 duelos ganados por partido (67%).

De Jong frente al Elche. Fuente: Getty Images
De Jong frente al Elche. Fuente: Getty Images

Desde que llegó estaba destinado a convertirse en uno de los líderes del Barça y en uno de los jugadores más transcendentes en el juego del equipo. Koeman le llegó a dar un toque de atención, lo que pareció surgir efecto. El técnico le conoce bien. De Jong es, entre los demás jóvenes, el capitán de la nueva era del Barça en la que Koeman se ha visto obligado a depositar toda su confianza en ellos, los jóvenes.

Pedri

El canario fue el último en llegar pero de los primeros en ganarse un puesto fijo en el once titular. En un encuentro virtual promovido por el club ha confesado el secreto de su rápida adaptación: “estar donde quería estar”. No hay mayor ilusión que esa. Los jóvenes se han convertido en el motor del Barça debido a sus ganas de querer hacerlo todo bien y de demostrar que valen para estar en el equipo.

El juego de Pedri recuerda al de alguien aunque, como he dicho antes, las comparaciones sean odiosas y más cuando se trata de personas tan jóvenes que no se sabe cómo les irá en un futuro. A sus 18 años ha sido de las pocas personas que ha hecho que Messi sonría sobre el césped, además de convertirse en uno de sus mejores aliados. Abrazos, taconazos, asistencias, intentos de jugadas… y lo que no se ve desde fuera.

Pedri regatea a jugadores del Athletic. Fuente:vGetty Images
Pedri regatea a jugadores del Athletic. Fuente: Getty Images

En La Liga Pedri suma unos números de jugador veterano. Completa el 86% de los pases de los cuales el 85% son en campo contrario y el 88% en campo propio. Ha demostrado tener visión de juego y saber llevar el ritmo del partido junto a De Jong, disputándoles el puesto a jugadores como Coutinho.

A pesar de no tener un físico imponente, las ganas de querer hacerlo bien y demostrarle a Koeman que puede ser importante en el equipo le han llevado a ser uno de los jugadores más laureados por la afición y, espero, que así sea por muchos años más.

Dembelé

Tuvo que llegar el 2020 para que Ousmane Dembelé saliera de sus continuas recaídas y lesiones (espero que no se produzca el gafe) y se vieran algunas pinceladas del gran jugador que puede llegar a ser. Con Messi algo lejos de su mejor nivel y nadie más que lidere la zona de ataque blaugrana, Dembelé es el encargado de ofrecer algo diferente al Barça. En la última jornada de La Liga frente al Elche se vio la capacidad de driblar y la velocidad que posee el francés, pero hace falta que el equipo le acompañe.

La falta de compromiso ya es pasado y se ve cuando está sobre el césped. Al comienzo de temporada no contaba mucho para Koeman pero él, como otros tantos jugadores, le demostró que iba en serio. El propio entrenador del Barça ha hablado esta semana del cambio de chip de “el mosquito”, algo que era necesario para él y para el equipo en un año tan complicado.

Dembelé regatea a Muniain. Fuente: Getty Images
Dembelé regatea a Muniain. Fuente: Getty Images

Su mejor versión se puede decir que la hemos visto en la Champions, donde lleva un total de 3 goles. Su mejor partido en competición Europea fue frente al Ferencvaros. Marcó un gol y además asistió, pero no solo eso, también cargó con todo el peso del equipo. Contra la Juventus en Turín fue un pilar fundamental y se encargó de abrir el marcador. En La Liga ha jugado 13 partidos siendo titular en 8 de ellos y suma 2 goles y una asistencia. Unos números algo pobres para un extremo que todavía no ha terminado de explotar.

Dembelé es un jugador que su punto fuerte es el regate. Actualmente su media de regates completados por partido está en 2,2 lo que es igual a un 66% del total de los que hace. Es imprevisible. Lo mismo nos sorprende con un disparo potente desde fuera del área, que regatea a cinco contrarios y termina perdiendo el balón en la jugada más sencilla. Pero por algo se empieza, necesita un equipo rápido que sepa seguir su ritmo y que le acompañe cuando él ponga una marcha más. De momento está rindiendo bien y crucemos los dedos para que la mala suerte no le acompañe de nuevo en su camino.