El balón volvió a rodar en el césped del Camp Nou tras dos meses sin fútbol. El Barça regresaba a su casa para recibir al Leganés y tratar de mantenerse como líder del campeonato, mientras que el conjunto madrileño estaba obligado a llevarse los tres puntos para intentar salir de la última posición de la tabla.
La primera ocasión clara del partido, esta vez, fue para el Leganés tras una descoordinación en la defensa del Barça que casi le pasa factura, ya que la zaga blaugrana quiso forzar el fuera de juego de Eraso pero éste se quedó solo delante de la portería. Por suerte para los de Setién, se le hizo de noche al centrocampista pamplonés y el posterior disparo de Roque Mesa lo salvó Lenglet bajo palos. Minutos después, los de El Vasco Aguirre tuvieron otra oportunidad, pero el disparo de Guerrero rozó el palo y salió desviado.
Los minutos posteriores a las dos jugadas de peligro del Leganés estuvieron protagonizados por un ataque estático del Barça, que no conseguía encontrar portería debido a la gran labor defensiva del conjunto pepinero, con su característica defensa de cinco y cerrando los espacios interiores, obligando a los de Setién a jugar por las bandas.
A la media hora de partido llegó la primera ocasión para el Barça, que hasta entonces no había hecho ningún tiro a portería. Rakitic picó un balón al centro del área para que Griezmann rematara pero el cabezazo del francés salió desviado por encima de la portería de Cuellar.
Se acercaba el final de la primera mitad cuando Ansu Fati, tras un control orientado, armó su pierna derecha y sorprendió a Cuellar con un disparo raso que acabó en el fondo de la portería. De esta manera, el joven jugador de 17 años, desatascó una primera parte en la que el Barça no fue capaz de crear peligro y en la que tan solo realizó un disparo entre los tres palos.
La sintonía de la segunda parte fue la misma que la de la primera: el Barça fue claro dominador de la posesión, sin peligro, mientras el Leganés se cerraba atrás formando un rombo con cinco defensas y cuatro jugadores algo más adelantados impidiendo que los de Setién jugaran cómodos.
Los primeros dos hombres en entrar de refresco por parte del Barça fueron Luis Suárez y Nelson Semedo para sustituir a Sergi Roberto y a Ansu Fati. Fue precisamente el lateral portugués, quien minutos después de su entrada al campo, asistió a Griezmann para que el francés se reencontrara con el gol, pero el VAR no permitió que el tanto subiera al marcador ya que Semedo estaba ligeramente adelantado cuando comenzó la jugada.
Poco después, Leo Messi se disfrazó de él mismo para dejar atrás a varios rivales y acabar la jugada provocando un penalti que, tras ser revisado por el VAR, consiguió transformar el argentino. De esta manera, con el partido prácticamente controlado, Setién decidió dar minutos a jugadores menos habituales como Riqui Puig y Umtiti, quién había perdidos el protagonismo en el equipo durante estos meses.
Fue el propio Riqui Puig quién protagonizó varias ocasiones en los minutos finales del encuentro cuando se quedó solo delante de Cuellar, pero el guardameta salió a tiempo para tapar los espacios y mandar el balón a córner. Poco después, él mismo realizó un tiro desde fuera del área que, de nuevo, volvió a detener el Pichu Cuellar, evitando que la joven promesa del Barça se estrenara como goleador del primer equipo. De esta manera, el Barça consiguió los tres puntos en lo que fue un partido trabajado y correcto del equipo.