Cada uno de enero, millones de personas piensan cómo mejorar en el año entrante. Unos deciden apuntarse al gimnasio, otros tratan de ser más amables, y otros incluso se proponen debutar con el primer equipo del FC Barcelona. Mika Mármol parece ser de estos últimos, ya que ha hecho méritos para ello, y la desdicha de unos, infectados por COVID-19, podría ser la suerte de otros como el joven talento culé.

Lejos de los grandes fogonazos de precocidad que han presenciado los aficionados del Barça en los últimos tiempos, Mika es un jugador que se ha cocinado a fuego lento en las categorías inferiores. Nacido en Terrassa, como Xavi Hernández, ya estuvo en la Masia hasta la categoría Benjamín, pero posteriormente siguió formándose entre la prestigiosa escuela formativa Damm y el Jàbac Terrassa, hasta que el club blaugrana decidió repescarlo para el Juvenil B.

El entonces lateral zurdo fue dando los pasos correctos, aunque nunca estuvo en las quinielas de los que llegarían al primer equipo como sí lo estaban Alejandro Balde en esa posición de lateral izquierdo o, en menor medida, Arnau Comas como central. García Pimienta, entonces entrenador del Barça B, ya vio algo en el egarense, y todavía siendo juvenil debutó con el filial, aunque fuese de forma testimonial.

Mika entrenando
Mika ha trabajado lo físico y lo técnico | FC Barcelona B

Pasos pequeños, en la dirección correcta

En la temporada siguiente, la 20/21, “Pimi” decidió contar con él en un equipo donde Balde y el recién fichado Santi Ramos Mingo estaban llamados a ser los hombres importantes en el lado izquierdo de la defensa. El desarrollo, tanto físico como técnico, y los altibajos en las temporadas de los dos a priori titulares, sobre todo debido a las recurrentes lesiones de ambos, llevaron a Mika a hacerse con un sitio en el equipo. El defensa, que ya empezaba a alternar con asiduidad las posiciones de lateral y central, disputó 25 encuentros entre fase regular y Playoff, para sumar alrededor de 2.000 minutos con el segundo equipo del Barça.

Esa temporada no fue especialmente brillante para Mika, y los pronósticos de Balde y Comas seguían su curso, pero en esta campaña 21/22 el defensa catalán tiene un propósito claro. Su nivel ha aumentado exponencialmente respecto al curso pasado, se le nota más maduro en cuanto a mentalidad y físico, ha seguido puliendo su ya notable trato del balón y ha dado un paso adelante en facetas defensivas, llegando a ser un verdadero especialista en anticipación.

A pesar de que la voz cantante en la defensa del filial la sigue llevando Comas, Mika se ha convertido en un jugador de una calidad muy destacable desde la izquierda, y no ha pasado por alto en la estructura técnica del club. Desde luego, no sería descabellado afirmar que ha sido el mejor jugador del equipo de Sergi Barjuan en esta primera parte de la temporada en Primera RFEF. Se ha convertido en indispensable en la defensa culé, no en vano es el jugador con más minutos acumulados esta temporada, tantos como ha disputado el equipo en la categoría. Mika no se ha perdido ni un solo segundo de juego.

Mika celebrando un gol
Mika no se ha perdido ni un minuto con el Barça B | FC Barcelona B

El momento adecuado, en el lugar adecuado

En el primer equipo, Xavi sigue haciendo malabares para lidiar con las ausencias por uno u otro motivo. El equipo ha llegado a acumular hasta 10 positivos por COVID-19, lo que ha llevado al técnico a echar mano de las mejores bazas del filial. Entre ellos, por fin, aparece el nombre de Mika Mármol en la convocatoria para enfrentarse al Mallorca. Con 20 años, a su debido tiempo, podría hacer su debut con el primer equipo del Barça. Se le adelantó Gavi, también Nico, y más recientemente lo hicieron Abde y Jutglà, pero finalmente llegó.

El contexto para él no podría ser más favorable: un esquema que reclama una gran salida de balón a todos los centrales, que les obliga a ejercer de laterales en ocasiones como se ha visto (no muy cómodo) a Araujo, y unos compañeros zurdos más que cuestionados como Lenglet y Umtiti. Además, Mingueza ha bajado el nivel, Piqué está abocado a perder importancia poco a poco y Eric Garcia sigue intentando asentarse en la rotación. El caos en la defensa blaugrana puede suponer la tormenta perfecta para Mika Mármol que, como lleva haciendo durante varios años, seguirá trabajando en silencio y labrándose oportunidades como esta, que llega con gran merecimiento. El joven canterano podría cumplir su propósito en tiempo récord, siempre que Xavi Hernández tenga a bien otorgarle la confianza para ello.