Al Barça se le presenta este domingo en su feudo, el Camp Nou, la posibilidad de dar el hachazo definitivo: si vence al Real Madrid en El Clásico liguero, abrirá un abismo de 12 puntos con sus perseguidores blancos en la tabla clasificatoria quedando 11 jornadas para el final.

El campeonato se le pondría así a tiro a los blaugranas, una competición de especial importancia tras una gran sequía de títulos (exceptuando la Supercopa) y al haber finalizado demasiado pronto el sueño europeo. Pero con la tormenta mediática y difamatoria que rodea Barcelona en los últimos días, el mazazo sobre la mesa supondría más bien una reivindicación de grandeza, una declaración de intenciones y superioridad al resto del fútbol español en una Liga de la que los culés parecen haberse convertido en el antagonista a batir.

Una victoria en El Clásico del domingo cobra tintes aún más especiales, si cabe, teniendo en cuenta que rompería una racha nefasta de imagen en casa ante el eterno enemigo. En la última década, el Camp Nou solo ha vivido tres victorias de estas características, teniendo que remontarnos a la temporada 2018/19 para revivir a un Barça victorioso contra los blancos y jaleado por su afición (nada menos que 5-1).

Los culés celebran el tanto de la victoria en el último Clásico copero. Fuente: Getty Images

Los blaugranas llegan con el impulso de haber vencido en el último Clásico, el agónico 0-1 copero en el Santiago Bernabéu, y de saber que recuperan al efectivo al que más han echado de menos las últimas jornadas. El mago del Barça, Pedri, regresó a los entrenamientos al inicio de la semana tras la lesión que le ha apartado casi un mes de la dinámica del equipo. Xavi tendrá que decidir si figurará en el once inicial, o se reserva al canario para ir cogiendo ritmo durante los últimos compases.

Si nos remontamos al último Clásico liguero, sin embargo, la película fue bien distinta: los merengues ganaron con autoridad los tres puntos, en un partido que acabó 3-1 con goles de Benzema, Valverde, Rodrygo y Ferran Torres del lado culé. Así, el Madrid ha marcado tres goles de los ocho que ha recibido el Barça en todo el campeonato, prácticamente la mitad.  

Raphinha llega a la jornada de este fin de semana en uno de sus mejores momentos. Fuente: Getty Images

Los de Xavi seguirán confiando en que su punto fuerte de esta temporada, el tándem formado por la defensa y Ter Stegen, siga manteniendo la portería a cero y contrarreste así uno de sus talones de Aquiles, el unocerismo derivado de la poca efectividad en ataque. Lewandowski está llamado a recuperar su mejor versión goleadora tras unas semanas en el dique seco, mientras que el arquero se convirtió el pasado domingo en Bilbao en el primer guardameta que deja su portería a cero en 19 de los primeros 25 partidos en una campaña. Es decir, los blaugranas han llegado a la jornada 26, la que nos ocupa, con 21 goles encajados menos que la pasada temporada a estas alturas. En dos palabras: Koundé y Christensen.

El portero alemán, un cerrojo de élite esta temporada. Fuente: Getty Images

El Clásico del domingo, el número 252, decidirá entonces si los culés han vuelto a lo más alto y se acaban convirtiendo en uno de los mejores campeones que ha visto nuestra Liga en las últimas décadas. Pitando estará Gil Manzano, un reto aún mayor por sus notorias estadísticas en contra del color blaugrana en la balanza.  Los aficionados del Barça tienen una cita con la historia a las 21:00 en su templo.