Hace escasos días se viralizaba en redes sociales un video en el que Piqué le negaba el asiento a la mujer de De Jong antes de que comenzara un partido del Barça. Más allá de la actitud chulesca del ex capitán, en la grabación destaca la impotencia de Frenkie, que tiene que aceptar la situación con resignación. La secuencia es una simple anécdota, pero relata una realidad: el papel del holandés en un vestuario con Piqué era poco más que residual. Ahora, la situación del mediocentro ha cambiado por completo. En un entorno más limpio de grandes egos, De Jong ha encontrado su sitio, dentro y fuera de los terrenos de juego. No es casualidad que, desde entonces, hayamos visto su mejor versión.

El verano de 2022 puso a De Jong frente al espejo. La directiva decidió que era la pieza de valor más prescindible de la plantilla, en uno de los momentos más bajos del Barça a todos los niveles en los últimos años. Su figura también estaba cada vez más cuestionada, pero él decidió quedarse. Ante un Busquets que parecía apagarse, pidió que le reservaran su sitio.

Frenkie De Jong ante el Athletic (Photo by Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images)

Su temporada ha seguido una línea ascendente: su encaje al inicio no era fácil, ante un Busquets que era apuesta específica de Xavi y con Pedri y Gavi que parecían inamovibles. Sin embargo, a caballo del esquema con cuatro centrocampistas y con la confianza renovada por parte del club, Frenkie está viviendo uno de sus mejores momentos como profesional.

Así se traslada a su lenguaje no verbal en los partidos: De Jong la pide más, se arriesga y ejerce como líder cuando el equipo le necesita en labores de salida de balón. Su implicación defensiva también es otra: lejos del pasotismo de épocas pasadas, De Jong es parte del buen rendimiento defensivo del equipo. Al lado de Busquets, el holandés puede saltar a la presión con una red de seguridad detrás y a la vez ahorrar esfuerzos al capitán. Ante un contexto más amable para que se renueven los liderazgos en el vestuario culé, De Jong ha iniciado su revolución. Mientras brilla a la par que Busquets, espera su hora para que la posición de mediocentro sea suya. Todo a su momento.