El aficionado al fútbol vive en gran medida de recuerdos, tanto de jugadores como de momentos del pasado que rememoran de manera positiva, aunque a veces estas imágenes del pasado sean simplemente una losa en la comparación hacia ciertos futbolistas. Óscar Mingueza debutó con el primer equipo del FC Barcelona el pasado 24 de noviembre en un partido de Champions League ante el Dinamo de Kiev, encuentro en el cual el joven central de solamente 21 años cuajó una actuación imponente y portentosa, de las que dependiendo del rumbo que coja su carrera deportiva bien puede ser recordada en unos años.

Dejando de lado la ostentosa comparación y sin ser este el principal objetivo del texto, el debut de Mingueza tuvo cierto aroma al de Carles Puyol. Por su contundencia defensiva, por su liderazgo y, digámoslo todo, por el corte de pelo que tanto recuerda al central de Puebla de Segur. Su debut fue más por necesidad que por cualquier otro aspecto, al igual que el de Puyol cuando en octubre de 1999 entró en su primera convocatoria por la baja de Reiziger. Debutó con la elástica blaugrana, continuó varias semanas como suplente y disputó su primer partido de titular dos meses después de su debut.

Por entonces, el club se encontraba en una situación similar a la actual. Inmerso en una crisis tanto institucional como deportiva, Van Gaal no dudó en echar mano de la cantera y hacer debutar a varias jóvenes promesas que años después se iban a convertir en leyendas de la entidad. Puyol, Xavi, Iniesta, Víctor Valdés… todos ellos comparten el hecho de haber debutado en tiempos de crisis y necesidad, pero también el haber comandado años después a una generación legendaria. ¿Se unirá Mingueza a los Ansu Fati, Pedri y compañía como un puntal de esta nueva generación que está naciendo? Su regularidad en este tipo de encuentros será clave, al igual que aprovechar este tipo de oportunidades que surgen ante las bajas de hombres como Piqué.

Óscar Mingueza ante el Dinamo de Kiev. Fuente: Getty

Gran salida de balón y conceptos defensivos

Su debut recuerda al de Carles Puyol, pero no conviene añadirle una losa tan pesada a un jugador que solamente ha disputado un encuentro en el primer equipo. Eso sí, Óscar Mingueza demostró tener la personalidad necesaria que tantos años lleva el Barça demandando en un central. Criado desde los 7 años en la Masía, Mingueza es un producto 100% Barça, con todo lo que eso conlleva y ha ido aprendiendo a lo largo de sus diferentes etapas en el club. Por lo tanto, una de sus principales características es la capacidad para entender y leer el juego, asociarse y encontrar al hombre libre, además de la calidad y visión de juego para encontrar pases en salida de balón. Características fundamentales que demanda el primer equipo y exige también en sus categorías inferiores.

Por lo tanto, Mingueza tiene una más que aseada salida de balón, pero por lo que realmente destaca es por sus cualidades y conceptos puramente defensivos que tiene tan interiorizados. Gran juego aéreo, buen 1v1 y más que correcto tacke defensivo, además de la capacidad para salir de posición, arriesgar y anticiparse a su rival para robar el balón. Ya hizo gala de esta última característica durante varios duelos ante el Dinamo de Kiev.

La carta de presentación de Óscar Mingueza es, a priori, más que adecuada para un central joven que acaba de aterrizar en el primer equipo. Las comparaciones con Puyol deben desterrarse, porque ningún joven prospecto merece tanta presión desde el primer momento y Mingueza es otra cosa distinta. Diría incluso que un proyecto de central más parecido a Gerard Piqué, con jerarquía para comandar una línea defensiva en la salida de balón y con un físico similar para jugar y corregir con muchos metros a su espalda, sin ser excesivamente rápido y pudiendo sufrir a campo abierto.

Sea lo que sea, Óscar Mingueza merece oportunidades por su gran debut en Champions, pero también tiempo para desarrollarse. Su versatilidad para jugar tanto en ambos perfiles en el puesto de central como también de lateral derecho pueden agrandar su abanico de oportunidades. Ante Osasuna puede tener otra, que será clave para seguir convenciendo a Ronald Koeman de que puede confiar en él para ser de la partida con regularidad en el primer equipo del FC Barcelona.