Xavi Hernández lleva dos meses con ‘Volverte a Ver’ de Juanes en bucle. Dos meses que han sido como años y un final de temporada que no está siendo tan placentero como el técnico azulgrana hubiera querido. Las ausencias de Pedri y Frenkie de Jong han dejado ver las costuras de un Barcelona que ha echado en falta a sus dos pilares del centro del campo.
64 días después, el mago de Tegueste vuelve junto al neerlandés a una convocatoria para afrontar uno de los partidos más trascendentes de lo que queda de Liga. Un encuentro que puede significar un golpe sobre la mesa para apartar a un rival directo por la Liga y encaminar la hazaña que tanto ansía la institución azulgrana.
En los últimos dos partidos, el Barcelona se ha dejado cuatro puntos ante Girona y Getafe con dos empates a cero. La falta de creatividad, profundidad y desborde en zona de tres cuartos ha demostrado que ha costado más de la cuenta generar acciones ofensivas y productivas. Es aquí, cuando, dos de las mejores bazas de Xavi, pueden ser determinantes para poner en problemas al cuadro colchonero. Y qué mejor día que en la Diada de Sant Jordi para demostrar y disipar dudas.
Frenkie-Pedri son el dúo dinámico. Zipi y Zape. Un binomio más propio de una serie de dibujos que encarna dos de los jugadores más determinantes en su posición. Dos jugadores que pueden cambiar el estado anímico de un equipo y de sus compañeros con la magia que tienen entre sus botas.
Y es que con Pedri, el Barcelona tan solo ha perdido un partido en las dos últimas temporadas. Por otro lado, el escepticismo del pasado curso alrededor de la figura de Frenkie se ha transformado en una confianza ciega. Ambos capitales en el esquema de Xavi y ambos con serias papeletas para salir de la partida ante el Atlético.
Más aún, cuando el Barcelona no dispone de verticalidad ni desborde desde sus extremos con la baja de Dembélé y el bajo estado de forma de sus competidores. Con Raphinha jugando más como diez, por dentro y ocupando un rol que no parte de estar pegado a la línea de cal y ensanchar el campo. Es por eso que el esquema de los cuatro centrocampistas se volvió una solución con todos los efectivos disponibles. Porque disimulaba las carencias de los extremos.
Ganas de volverlos a ver para poderse el Barcelona reponer. Porque sin ellos no hay la misma esperanza ni munición. Y aumentarán los latidos del Spotify Camp Nou cuando por megafonía se escuchen sus nombres. Porque con ellos el Barcelona tiene raíz y más que una razón para vivir.