Lo han vuelto a hacer. Göteborg, Turín, Eindhoven y, ahora, Bilbao. Por cuarto año consecutivo, el Barça vuelve a plantarse en una final de la UEFA Women’s Champions League. Una oda a la épica, a un estilo, a un legado y, sobre todo, al fútbol. El único equipo capaz de mover el planeta Tierra desafío las estadísticas, la historia y al mundo entero para asaltar Stamford Bridge y conseguir el billete a San Mamés.
Del ‘Iniestazo’ al ‘Aitanazo’. Todo pasa por Aitana Bonmatí. Su eliminatoria se estudiará en todas las universidades. Omnipresente en la ida, letal en la vuelta. La de Sant Pere de Ribes siempre fue la primera de su clase: la primera en presionar la salida de balón, pelear las pelotas divididas, conducir los contraataques, buscar los espacios… Como en la Final de Göteborg, Aitana volvió a sembrar el caos entre las ‘blues’. Un gol que abrió el camino hacia la remontada y un penalti provocado que acreditaron su galardón como la mejor jugadora sobre el césped de Stamford Bridge.
Fridolina Rolfö es el mejor ejemplo de que el fútbol te devuelve lo que le das. La sueca volvió a ponerse el traje de superheroína que dejó en Eindhoven casi medio año después para rescatar al Barça y marcar el gol que culminó la remontada azulgrana. Como en el Mundial ante Australia, no le tembló el pulso al coger el balón y asumir la responsabilidad desde los once metros. Disparo raso, ajustado al palo izquierdo y engañando a Hampton; Rolfö tiene hielo en las venas.
No podemos hablar de Bilbao sin mencionar a Ingrid Engen, Lucy Bronze y Cata Coll, jugadoras que, sin duda, han dado un paso adelante en esta semifinal. La figura de la noruega fue de las más determinantes de la eliminatoria. Su sacrificio físico en Barcelona se vio recompensado con una cátedra defensiva en Londres. Imperial, impecable, inexpugnable… Ingrid se queda corta de adjetivos. La entrada de Lucy Bronze en Montjuic marca un antes y un después. La garra, la contundencia y, sobre todo, la experiencia de la inglesa en este tipo de partidos ante unas ‘viejas conocidas’, dieron la razón a Jonatan Giráldez, que no se equivocó al alinearla de inicio en Stamford Bridge. Tras la marcha de Sandra Paños, la portería azulgrana queda en buenas manos. Cata Coll fue vital para evitar que el Chelsea aprovechase sus ocasiones e intervino de manera providencial cuando sus compañeras la necesitaron más.
El contraste entre los banquillos fue total. La alegría desbordada de Jonatan Giráldez y la amargura inconfundible de Emma Hayes. Por un lado, la sonrisa inocultable del que sabe que ha hecho historia. Remontar una eliminatoria europea por primera vez para lograr un pleno de finales europeas desde que entrena a este grupo de jugadoras es una gesta al alcance de muy pocos. Por otro lado, Emma Hayes, lejos de la deportividad que debería emanar una entrenadora de su calibre, tildó la eliminatoria de «robo», saliendo por la puerta de atrás de Stamford Bridge.
En Bilbao esperan pintxos y txapelas, pero también el Olympique de Lyon. El Barça afrontará sus miedos ante su mayor ‘verdugo’ en una final que no carece de alicientes. El conjunto francés viene de imponerse al Paris Saint-Germain y quieren seguir agrandando su leyenda ante un equipo que aún no han conseguido vencerlas. Una eliminación en las semifinales en 2018 (2-1 y 0-1) y dos duras derrotas en las finales de Budapest en 2019 (1-4) y, la más reciente, aún incrustada en la retina de todos los culés, Turín en 2021 (1-3). Sin duda, la Champions con mayor dificultad de la historia para el Barça que, tras remontar una eliminatoria por primera vez, tiene la oportunidad de vencer al monstruo que le ha perseguido durante años para cerrar el ciclo de una vez por todas.
El año pasado todo giraba alrededor de la ‘teoría del 2’. Esta temporada, el ‘tres’ es el número mágico; tercera final europea para Jonatan Giráldez, tercera oportunidad para derrotar al Lyon en una final y poder levantar la tercera Champions que, en caso de ganar Liga y Copa, significaría un nuevo ‘triplete’ para este equipo de leyenda. Puedes no creer en las casualidades ni en los milagros, pero en ellas sí. Si la fe mueve montañas, ellas mueven el mundo entero. El próximo sábado 25 de mayo, el Barça tiene una cita con la historia. A una victoria de poner un broche de oro a una generación única. A una victoria de consagrar sus nombres en la catedral del fútbol. A una victoria de ser inmortales.