Gerard Piqué ha acudido a la entrevista postpartido tras la abultada derrota del Barça ante el Bayern por 2-8. El central azulgrana ha hablado sin morderse la lengua, lamentando su desempeño y el del equipo, en el primer año sin títulos de los culés desde la temporada 2007-08. El Barça cierra un año nefasto con una importante reforma estructural y profunda por delante.

El defensa catalán ha descrito la sensación que siente toda la parroquia azulgrana después del ridículo histórico: “Ha sido un partido horrible, una sensación nefasta, vergüenza es la palabra, no se puede competir así”. El Barça suma una debacle más a los desastres de Roma y Liverpool con Piqué de testigo: “Espero que sirva de algo porque no es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera…”.

El jugador azulgrana ha dado la cara, abriendo la puerta a una posible marcha suya, y emplazando al club a reflexionar y hacer cambios profundos: “El club necesita cambios, es estructuralmente y no hablo de jugadores o entrenadores, nadie es imprescindible”. Gerard se ha metido en el mismo saco que sus compañeros, entonando el ‘mea culpa’: “Yo soy el primero que me ofrezco en dejarlo e irme si hace falta sangre nueva y cambiar esta dinámica”.

El zaguero azulgrana ha mostrado pesimismo respecto a la situación de la entidad culé: “No sé cómo catalogarlo, hemos tocado fondo, tienen que haber cambios en todas las facetas, no sólo jugadores”. Sin tapujos, Piqué ha reconocido que “es la cruda realidad, independientemente de jugadores, entrenadores…, llega un punto en el que no se puede enmascarar más, es algo inaceptable”.

Al Barça le espera un final de verano convulso, repleto de dimisiones y despidos en el seno del club, y la continuidad de Setién pendiendo de un hilo. Pocos confiaban en una victoria, pero a un equipo se le pide sacrificio y esfuerzo por encima de cualquier derrota que, a juzgar por el resultado, no hemos visto por ningún lado.