El proyecto de Ronald Koeman al frente del banquillo del Fútbol Club Barcelona no ha hecho más que empezar, pero durante sus primeros compromisos en forma de amistosos ya se aprecian atisbos de lo que pretende el holandés en varias posiciones. Una de ellas es la de mediocentro, donde el técnico se encuentra con la dicotomía de tener tres jugadores de talla mundial para cubrir las dos posiciones del centro del campo.

Durante sus años como entrenador Koeman siempre ha sido partidario de utilizar el 4-2-3-1, esquema que los barcelonistas veían en las antípodas desde hace mucho tiempo. En Can Barça no iba a ser diferente, y el autor del gol de Wembley ya ha instaurado dicha formación durante los primeros amistosos de la temporada.

Este cambio de esquema es un mensaje claro en favor de Frenkie de Jong, que durante la totalidad de la temporada pasada no se le acabó por ver a gusto como interior. Con dos mediocentros, el jugador holandés volverá a jugar en la misma posición donde brilló en el Ajax (junto a Schöne) y juega habitualmente en la selección neerlandesa (junto a de Roon). Por lo tanto, con la más que evidente titularidad de De Jong, se abre el casting para acompañarle entre Miralem Pjanic y Sergio Busquets.

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Con Pjanic el Barça gana a uno de los mejores mediocentros de los últimos años. El bosnio de 30 años ha sido uno de los jugadores referencia en su posición con la Juventus, donde se convirtió en el único indiscutible en su puesto. A pesar de las dudas iniciales que había respecto a su edad, Pjanic llega en el momento idóneo, en parte gracias a la desgobernanza que existe actualmente en el conjunto blaugrana en varias posiciones.

Busquets ha sido el pivote defensivo indiscutible del FC Barcelona durante más de diez años; pero con el cambio de esquema, el fichaje del bosnio y el bajo rendimiento del de Badia del Vallès, el debate en cuanto a su titularidad está más candente que nunca. Busquets lleva años perdiendo ritmo y presencia física en el centro del campo, característica fundamental para competir en las grandes noches europeas. El canterano no ha conseguido estar a la altura y se ha visto superado ante mediocentros de los cuales la exuberancia física es su mejor arma.

Pjanic no es físicamente un prodigio, pero si que va a ayudar sobre todo en la construcción del primer pase para superar la primera línea de presión del rival, uno de sus puntos fuertes. Además, tiene mayor recorrido para incorporarse en ataque, lo que permitiría un intercambio de posiciones con De Jong y ser más impredecible ante defensas rivales. Con Busquets, en cambio, esta variante también se vería reducida.

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Por lo tanto, la balanza se inclina más hacía el exjugador de la Juventus. El Barça ha realizado una apuesta fuerte por el presente a corto plazo de Pjanic dando a cambio a un activo valioso para el futuro como lo era Arthur. Del mismo modo, el 4-2-3-1 para jugar junto a de Jong le beneficia más que a un Sergio Busquets siempre ha asegurado sentirse más cómodo jugando como único mediocentro.

En definitiva, Miralem Pjanic apunta a ser el acompañante habitual del holandés, pero con un Sergio Busquets en la recamara que aceptará un rol menos importante y buscará reinventarse para dar algo diferente desde la suplencia.