Después de debutar con victoria ante el Castellón, el filial no consiguió los tres puntos en El Collao; sin embargo, volvió a dejar buenas sensaciones que sirvieron para sumar un punto en uno de los campos más complicados de la categoría.

Rafa Márquez alineó de inicio a Arnau Tenas en portería; Àlex Valle, Álvaro Núñez, Chadi Riad, y Pelayo en defensa; Marc Casadó, Txus Alba y Àlex Carbonell en el centro del campo; Estanis, Ilias Akhomach y Roberto en la delantera.
El Club Deportivo Alcoyano, con Vicente Parras en el banquillo, salió con: Bañuz, Varela, Álvaro Vega, Raúl Lillo, Miranda, Juanan, Imanol García, Agüero, Carbonell y Alcaina. Arbitró Manuel Ángel Pérez Hernández del comité madrileño.

El primer tiempo no dio demasiado de sí. El Barça entró al partido con personalidad, intentando generar ocasiones a partir del control del balón. Ilias lo intentó en los primeros compases con un chut lejano que desvió el guardameta local, Roberto anduvo fallón en el rechace.

A medida que fueron avanzando los minutos, la intensidad del cuadro valenciano dificultó el desarrollo del plan culé y convirtió el encuentro en un suceso intrascendente con muchas interrupciones por faltas. Se llegó al descanso sin goles y con acciones de peligro en ambos costados.

En la segunda parte aumentó el ritmo de juego. Ilias desencadenó una fase larga de dominio azulgrana con una gran acción individual al poco tiempo de reanudarse el duelo: El extremo marroquí sirvió un delicioso balón al espacio a Roberto Fernando tras superar a dos rivales en la medular; el ariete desaprovechó la ocasión, cruzando en exceso el remate.

El Alcoyano también amenazaría la portería de Arnau Tenas con un chut envenenado de Agüero desde fuera del área. El partido tomaba de nuevo un panorama negativo, y fue entonces cuando Rafa Márquez decidió dar entrada Juanda y Luismi, que redujeron la presión ofensiva rival.

Los últimos minutos fueron liderados por el filial, aunque sin la contundencia suficiente a partir de la zona de tres cuartos como para amenazar la portería de Bañuz. Un disparo lejano de Àlex Carbonell que se marchó desviado, agotó las opciones del Barça de alzarse con el triunfo.

El empate tiene una interpretación positiva, pues el Barça Atlètic se mostró muy maduro ante un rival exigente. También dejó síntomas de personalidad en el juego, que confirman la voluntad desde el banquillo de ser un equipo con personalidad, dueño y señor del balón.

La semana que viene oportunidad para reencontrarse con la victoria en casa, ante el Club Deportivo Calahorra, equipo que ha empatado sus dos primeros partidos ante el Real Murcia y el filial de la Real Sociedad.