El FC Barcelona Femenino lo volvió a hacer. El Wolfsburgo, líder de la Bundesliga y dos años atrás verdugo de las azulgranas en la competición continental recibió un 5 a 1 por parte de un equipo pletórico. Este Barça es una orquesta coral, una máquina perfecta y a día de hoy insuperable en todos los aspectos. Las azulgranas ni siquiera necesitaron una parte para sentenciar las semifinales de Champions League y hundir psicológicamente a uno de los mejores conjuntos de Europa. El equipo de Jonathan Giráldez revivió al Barça de Guardiola con una exhibición de intensidad, combinación, precisión y ambición.

Las alemanas se encontraban intimidadas por la efervescencia de un Camp Nou prácticamente lleno. No tuvieron tiempo de aterrizar en el campo, pues a los tres minutos Aitana Bonmatí aprovechó la lentitud de una defensa adormilada para superar a la central Janssen y posteriormente batir a la guardameta Schult por debajo de las piernas.

Pero esto solo era el preludio de un dominio apabullante de las azulgranas. Y es que cuando apenas habían transcurrido diez minutos, un robo de Ana Crnogorcevic, pletórica durante este primer tramo de encuentro, desencadenó una cabalgada de Hansen que firmaría el propio Dembélé. Desborde, frenada y rosca ajustada al palo para poner el 2 a 0 en el marcador y desatar el enfado de la portera visitante.

Las de Giráldez atropellaban a las teutonas sin oposición, catapultadas por un Camp Nou ansioso de celebrar más goles. Dos dianas hicieron falta para que las visitantes se presentaran en el partido y demostraran por qué habían llegado a las semifinales. Pero este Barça no solamente ataca, sino que también defiende, y muy bien. El Wolfsburgo encontró una grieta en la zaga azulgrana, y cuando Wassmuth se las prometía tan felices con su definición, allí estaba Irene Paredes bajo palos para salvar el tanto de las visitantes. La delantera volvió a rematar el rechace, pero en esta ocasión Sandra Paños le negó el gol con los pies, mediante una parada digna del balonmano.

Una salvada de Irene Paredes evitó el 2 a 1 del Wolfsburgo que pudo cambiar el partido | Getty

Una vez el Wolfsburgo se había puesto manos a la obra en vista del frenesí inicial de las azulgranas, las diferencias sobre el campo se estabilizaron. El Barça quitó el pie del acelerador y las posesiones de las germanas empezaron a asomar la cabeza en campo contrario. Sin embargo, las oportunidades claras seguían lloviendo sobre el arco de Schult, que no tuvo un segundo de descanso. La portera alemana tuvo que salir del área para desviar un tiro de Hansen. En el córner posterior, Irene Paredes también remató acrobáticamente, sin problemas para la meta.

Hermoso y Alexia se apuntan a la fiesta

Y a la tercera fue la vencida. En una de sus subidas por banda, Marta Torrejón se asoció con Patri. La pivote azulgrana puso un caramelo de balón al hueco para la lateral, y su pase raso atrás lo aprovechó Jenni Hermoso para situar el tercer gol en el marcador. Es el quinto tanto de la delantera española en esta Champions, premio a su sacrificio en la presión y la asociación.

Siguiendo la lógica matemática, después del tercero sigue el cuarto. Si a los 33 minutos era Hermoso, a los 37 le tocaba el turno a la mejor jugadora del planeta, Alexia Putellas. Sin piedad, la centrocampista catalana se escurrió entre la zaga visitante. Tras hacerse su espacio para definir, Alexia recogió su propio disparo escupido por el palo e introdujo el balón al fondo de las mallas.

Alexia Putellas contribuyó a la goleada azulgrana con un doblete | Getty

Al descanso quedaba meridianamente claro que la voracidad del Barça no tenía límites. El Wolfsburgo solo podía maquillar el marcador compitiendo para marchar del Camp Nou con la cabeza bien alta.

A la vuelta de los vestuarios, el guion del partido seguía igual, con un equipo azulgrana frenético y un rival desbordado. El Barça dispuso de dos oportunidades claras en ocho minutos, obra de los pies de Aitana y Crnogorcevic. Esta última marcó el quinto gol, anulado por la árbitra ante un ajustado fuera de juego.

Y Aitana de nuevo, y Crnogorcevic por partida doble otra vez. Las azulgranas deleitaban al Camp Nou con llegadas y disparos para todos los gustos. A la hora de juego, se hacía patente la necesidad de cambios en el equipo azulgrana, que no finalizaba con la misma frescura las jugadas. Con esto, Giráldez aún confiaba en sus once guerreras, que habían seguido las indicaciones de juego al pie de la letra.

Por su parte, el Wolfsburgo trató de mantener el tipo y sacar partido de las transiciones. Después de algún acercamiento de las alemanas al área en forma de vaselina desviada, las visitantes obtuvieron el premio en el minuto 70. El Var ratificó el gol de Roord, en línea con la zaga azulgrana. El 4 a 1 coincidía con la entrada al terreno de juego de Oshoala y Claudia Pina, en lugar de Jenni y Crnogorcevic.

Los cambios devolvieron la chispa en ataque al Barça. Las azulgranas dispusieron de una doble ocasión procedentes de las dos futbolistas recién ingresadas al partido. A medida que avanzaba la última hora de juego las ocasiones se sucedían sobre la portería del Wolfsburgo, pero la cancerbera Schult sostenía la mínima esperanza de las suyas. No obstante, la ovación de la tarde se la llevó Aitana, de nuevo superlativa. La ribetana abandonó el campo a falta de diez minutos, sustituida por Mariona.

El halo de esperanza que cada parada de Schult brindaba a las alemanas se desvaneció con un penalti transformado por Alexia Putellas, un 5 a 1 que la convertía en máxima goleadora de la Champions, con 10 goles. Y como se había convertido en costumbre, el Camp Nou correspondió al gol con su  enésima ovación.

Y así es cómo el Barça de Jonatan Giráldez endosó una manita a una de las potencias europeas, el Wolfsburgo. De nuevo, desde megafonía anunciaban otro récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino, con 91.648 espectadores. Las barcelonistas ya tienen cerca el cielo de Turín. La única nota negativa fueron las molestias de Hansen, que obligaron a la noruega a abandonar el terreno de juego.