El encuentro frente al Valladolid no ha tenido nada que ver con lo que vimos en el partido anterior del campeonato liguero donde los de Setién volvieron a recuperar su ritmo. Sin embargo, hoy tuvieron que conformarse con un gol en la primera parte y aguantar el resto del encuentro para llevarse los tres puntos.

Durante los primeros minutos, el Barça se impuso en el juego y tuvo no solo la posesión del balón sino las ocasiones más claras, la primera de ellas, un remate con la zurda de Riqui Puig tras un centro de Semedo que finalmente detuvo el guardameta rival. El primer gol, como no podía ser de otra forma, partió de las botas de Leo Messi, que realizó una asistencia maravillosa a Arturo Vidal al colar el balón entre dos rivales. El chileno definió con un buen disparo cruzado que entró en la portería tras tocar en el palo.

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A partir de ese momento, y con el partido encarrilado en los primeros compases, el Barça no supo aprovechar su momento y mantener esas constancia que necesitaba. Griezmann no pudo transformar un buen centro de Semedo, al igual que Massip detuvo otras dos ocasiones claras de los culés, evitando un posible gol del portugués y un lanzamiento de Griezmann tras un centro de Puig.

El Valladolid se aprovecharía de la relajación de los azulgranas para intentar igualar el partido con una jugada en la que Kike Pérez se enfrentó mano a mano a Ter Steger, aunque no pudo finalizar la jugada al haber tropezado con su rodilla en el suelo.

Antes de que transcurrieran los primeros cuarenta y cinco minutos, el VAR volvió a tener protagonismo. Tras una dura entrada de Alcaraz a Vidal en la que Lahoz decidió amonestar al primero con una tarjeta amarilla, el VAR se desentendió, a diferencia de lo que había hecho en otras ocasiones ante jugadas muy similares, como por ejemplo en el derbi, donde expulsó a Ansu Fati y Pol Lozano. De nuevo, se dejaba latente la preocupante disparidad de los citeriores utilizadas por el VAR en función del partido.

Ya en la segunda parte, el equipo vallisoletano se mostró más cómodo en el área rival, lo que obligó a Ter Stegen a demostrar una vez más por qué ha salvado en tantas ocasiones a su equipo, evitando que los remates de Enes Unal y Kike Pérez subieran al marcador.

Por su parte, el Barcelona apenas tuvo ocasiones claras, las más destacables, un remate de Riqui Puig al comenzar la segunda parte y una falta directa de Leo Messi. Pero la polémica aún no había terminado: tras un agarrón de Javi Sánchez a Piqué dentro del área del Valladolid, el VAR decidió no pronunciarse, una vez más, ante una jugada que claramente podría haber sido sentenciada con un penalti en favor de los culés.

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Después de esta jugada, el partido continuó sin nada que destacar, agotando el tiempo y con el marcador congelado con ese 1-0 en favor de los azulgranas, que permite que aun quede una mínima esperanza en la lucha por el campeonato, aunque todo apunta a que esta Liga tiene dueño, y si no, que se lo digan al VAR.