Retorna mañana la competición reina al Camp Nou y al Barça le queda una única opción: ganar, ganar y ganar. Es la única manera de pasar de fase de grupos tras las derrotas ante Bayern y Benfica, y quizá la única manera de que Koeman siga al frente del banquillo culé.

El holandés reconoció el reto esta mañana en rueda de prensa (acompañado por el recién estrenado Agüero), destacando la gran mejoría del Dinamo de Kiev respecto a la campaña pasada y que es su futuro el que está en jaque. Respecto a la alineación, defendió que iba a ser adaptada al estilo del rival, recordando la sanción de Eric García.

El técnico blaugrana volvió a sacar de la chistera comentarios con marcado tinte derrotista, afirmando que “no se puede exigir ganar la Champions comparando con otros equipos, que están por delante”. Además, achacó el bajo nivel presentado en Europa a la importancia de las bajas, dado que sin ellas “tenemos equipo para competir y para pasar en esta fase de grupos”

Un partido de alta tensión en el que la presión va a jugar un papel protagonista, pese a que, para Koeman, los jugadores jóvenes no se arrugan ante ella, sino que han demostrado tener galones para encuentros de esta altura. Depositó así su confianza en los menos experimentados de la plantilla, que quizás se verá reflejada en el once titular que alinee mañana. Insinuó que descartaba la titularidad de Ansu, recién salido de una lesión y para el que no quiere arriesgar que juegue tres partidos enteros en siete días, pensando ya en sacar sus mejores cartas en el Clásico. En contraste, dio relevancia al papel que va a desempeñar Coutinho en los próximos choques.

En cuanto a los aspectos tácticos, el holandés subrayó la importancia de ejercer presión sin balón, y continuar en la línea del buen juego desplegado en la primera parte contra el Valencia.

Volvió a dar un toque a la prensa cuando fue preguntado por su futuro, reconociendo que un entrenador nunca tiene la tranquilidad de mantener el puesto y menos aún en el panorama del fútbol español, donde para él “las cosas son aún más exageradas”. Se escudó tras el alto nivel que presentan los equipos en competiciones europeas respecto a los rivales ligueros, analizando que el Barça ha bajado el suyo en los últimos cuatro o cinco años y asociándolo la delicada situación económica del club, que en su opinión ha provocado un desequilibrio en la plantilla.

Respecto los rumores sobre una posible vuelta de Dani Alves, Koeman fue muy contundente: “No sé nada de este tema, nadie del club me ha hablado de la posibilidad”. En contraste, reconoció la veracidad del avance entre Mendes y Alemany de cara a la renovación de Ansu Fati, un joven que va a dejar huella en el futuro culé.

El horizonte está claro: ganar mañana.  Para Koeman no hay partidos más allá y por eso no se pone objetivos, dado que literalmente no los habrá si el resultado ante los ucranianos no acaba en victoria. Es el primer momento de vida o muerte de la temporada, de ascender a un cielo llamado «octavos» cada vez más caro para los blaugranas o descender al mismísimo infierno en el peor momento, justo antes de la visita de los merengues al Camp Nou. Y a partir de las 18:45 San Pedro decidirá si el Barça está en lista.