En plenos escándalos mediáticos, la cúspide directiva del Barça no descansa, e incluso ahora, los que se lavaron las manos en el pasado a costa de una institución de más de 100.000 socios, reviven de las más oscuras pesadillas. Los compañeros de Mundo Deportivo han entrevistado a Sandro Rosell, quien fuese el presidente desde 2010 hasta 2014, y que tuvo que renunciar por diversos sucesos de corrupción que, a día de hoy, siguen manchando unos colores que siempre fueron azul y granate.
Principalmente acusado por irregularidades en el fichaje de Neymar, por el que aseguraba que se habían pagado 57 millones, Sandro afirma que su paso por la cárcel fue una injusticia: “Si no hubiera sido presidente del Barça, no hubiera ido allí. Ni me hubieran investigado, ni espiado, ni la Agencia Tributaria me hubiera perseguido de forma tan agresiva”. De esta forma, y sabiendo el producto comercial que es el futbolista que le hizo estar en esta situación, el catalán volvería a fichar a Neymar sin ninguna duda, pero “con un contrato variable a resultados deportivos, sociales y de comportamiento, por escrito”.
Messi sigue sin tener rival, pero hubo un crack llamado Ronaldinho que inyectó de ilusión y felicidad al Barça en 2003, y en gran parte, fue un fichaje llevado de cabo a rabo de su mano, por eso le guarda una estima especial: “Messi es el mejor de la historia del fútbol, aunque Ronaldinho fue igual de bueno o mejor que Messi un par de temporadas”. Del brasileño, ahora también en la cárcel paraguaya de forma inexplicable, apoya su presunta inocencia: “No tengo ninguna duda de que Ronaldinho no sabe por qué le han encerrado, alguien le engañó y no le explicó la verdad. Él es fútbol y sonrisa”.
A un año para las elecciones, el ex presidente no tiene en mente formar ninguna candidatura: “Le prometí a mi madre que mientras ella esté viva no me presentaría al Barça, y espero que viva 150 años”. Pero en la actual junta, aún quedan directivos de su etapa, y algunos otros se han ido, de los que lamenta la marcha asegurando que “es falso que la nueva remodelación del Barça sea ‘rosellista’”. Además, se desmarca del posible poder que acapara en el mandato de su amigo Bartomeu por la marcha de una de sus amistades: “Si yo hubiera influido, como ejemplo, hubiera intentado que mi amigo Silvio Elías continuara en la Junta Directiva”.
Tiene claro que para 2021 quiere un Barça representado por una persona “honesta, independiente de intereses externos, futbolero y apolítico”, y no tendrá reparos en denunciar públicamente al que represente intereses mediáticos y económicos, casualmente, de lo que a él se le acusa.