Sergi Roberto recibió el alta médica en el pasado sábado 30 de enero después de dos meses en el dique seco. El fatídico encuentro del pasado 21 de noviembre en el Wanda Metropolitano, donde el Barça cayó por 1-0, se llevó a la mitad de la defensa titular por delante. Después de la durísima lesión de ligamentos de Piqué, Sergi Roberto notó un pinchazo en el muslo en los últimos instantes del partido.

El diagnóstico inicial apuntaba a dos meses de baja, y las previsiones se han cumplido casi con exactitud. 70 días después, Sergi Roberto volvía a ver su nombre y dorsal en una convocatoria del FC Barcelona. Durante su recuperación, además, superó el COVID-19, que no le habría afectado físicamente en su preparación para la vuelta al terreno de juego.

Roberto volvió a pisar el césped en el minuto 67 del último encuentro de liga ante el Athletic Club, entrando en sustitución de Miralem Pjanic, y estó dotó al jugador de una dimensión que, aunque no es desconocida para él, hacía tiempo que no experimentaba: se situó en el centro del campo. El “20” formó un doble pivote con De Jong, que retrasó su posición con respecto a los encuentros anteriores, y ambos dejaron la faceta ofensiva al joven Pedri.

Sergi Roberto, en la acción que provocó su lesión | AP

No era, sin embargo, la primera vez que el de Reus operaba en ese sector del terreno de juego, ya que en la fase de grupos de la Liga de Campeones, ante el Dynamo de Kiev, Ronald Koeman hizo precisamente el mismo cambio. Pjanic dejó su sitio a Roberto para que este acompañase a De Jong en el entonces doble pivote del 4-2-3-1, mientras que Sergiño Dest hacía las funciones de lateral derecho.

Sergi Roberto parecía tenerle ganada la posición a su compañero recién llegado, Sergiño Dest, mientras este completaba su periodo de adaptación, pero la lesión truncó todos los planes. Sumada esta baja a las de Piqué y Umtiti, el entrenador se quedaba sin opciones en la zaga, pero la aparición de Óscar Mingueza salvó el día en ambas posiciones. La polivalencia del de Santa Perpètua le permitía actuar tanto en el centro de la defensa como en el lateral derecho.

Dest empezó pronto a acumular minutos en el carril diestro, mientras que Mingueza era el revulsivo en cualquier perfil, pero las molestias del norteamericano obligaron a Koeman a fijar al canterano en la derecha. El problema entonces, con Umtiti recuperado y Araujo y Lenglet disponibles, era más grave en el lateral derecho, donde el único efectivo fiable era el joven Óscar Mingueza.

La plaga de lesiones parece estar amainando por fin en Can Barça, y esto deja al técnico neerlandés en posición de elegir: Sergi Roberto ha sido el lateral derecho de confianza de casi todos los técnicos en los últimos años, y la dinámica del inicio de temporada podría retomarse entre Roberto y Dest. Sin embargo, la cesión de Aleñá, la lesión de Coutinho y los papeles secundarios que les han sido otorgados a Riqui Puig y a Pjanic pueden situar a Sergi Roberto en un buen contexto para volver a sus orígenes en el centro del campo.

Roberto se reincorporó al equipo ante el Athletic | FC Barcelona

Falta por saber si Koeman ve al canterano como un centrocampista más ahora que Mingueza se puede desenvolver en el lateral derecho si Dest tuviese algún inconveniente, o si por el contrario prefiere mantener la pugna por la posición entre el “2” y el “20”, como venía sucediendo al inicio de la temporada. Roberto cumple precisamente con el perfil de centrocampista que más gusta a Koeman, con recorrido, buena técnica y solidario defensivamente.

Ya que el experimento de Ilaix Moriba parece no haber dado frutos a ojos del técnico, Koeman podría buscar ese doble pivote que abarque la zona ancha con De Jong y Roberto, que a su vez podrían alternarse para incorporarse al ataque, algo que ambos dominan con solvencia. Podría tratarse de una buena alternativa al juego más posicional de Sergio Busquets para momentos, como ante el Athletic Club, en los que el entrenador valora más la llegada al área que la posición para el dominio del balón.

Sea como fuere, Ronald Koeman tiene en su mano un comodín que puede encajar en varias posiciones y hacer funciones distintas, algo que todos los técnicos suelen valorar positivamente. Un jugador de plantilla que, igual que Mingueza, puede apagar fuegos donde se le pida. Deberemos esperar para saber con qué mano prefiere jugar el entrenador.