Tres años de la icónica celebración de Messi en el Bernabéu
Madrid, 23 de abril de 2017. Millones de ojos atentos al gran Clásico de la Liga española, esta vez correspondiente a la jornada 33. El Barça llegaba con la obligación de no descolgarse de la tabla para seguir optando a un título que parecía lejos, pero que el mandamás argentino clamó a los cuatro cielos su intención de pelear la batalla hasta el final.
Sin Neymar, los culés se encomendaban a un tridente formado por Paco Alcácer-Suárez-Messi. Los blancos, flechados en Europa y líderes del campeonato nacional, pero con demasiados ‘tira y afloja’. Ahí era donde el ‘Messías’ del fútbol olía la debilidad para hacer sangre, tal como se la hicieran a él en la primera parte con total impunidad. Volvía a su jardín para hacer temblar a la bestia favorita, y a los que llevan años viéndole en las peores pesadillas.
Tras el 1-1 de la primera parte, Ivan Rakitic adelantó al Barça con un zurdazo implacable desde fuera del área, pero James Rodríguez igualó distancias en el último tramo del partido. Cuando todo parecía acabar en empate, una gran carrera de Sergi Roberto desde su área, dejaba en inferioridad numérica a los blancos, perplejos ante el infierno que se les aproximaba en el descuento. La de siempre: Jordi Alba corría su banda para dejársela a Messi en bandeja y batir a Keylor Navas. El Bernabéu enmudeció, como de costumbre en la última década con cada visita culé, y Messi aprovechó para demostrar quién seguía siendo el rey de este deporte. Una celebración icónica para un jugador de leyenda que los madridistas recordarán a la perfección.
