Tras la salida de Todibo y el bajo rendimiento de Umtiti en su compromiso por volver a recuperar el nivel de 2017, el Barça busca central. Piqué, que también apura sus últimas temporadas en la entidad azulgrana, vería con buenos ojos un relevo que por calidad-precio, pudiera ser una apuesta de futuro para acompañar a Lenglet durante los próximos años.

De Ligt fue la primera opción que se barajó el verano pasado, pero la decisión final del jugador fue la Juventus de Sarri, donde no está teniendo mucho protagonismo. El Barça tiene en mente apostar por el joven uruguayo Araujo, que a día de hoy tiene ficha del filial, pero que mantiene puestas sus esperanzas en subir al primer equipo. Con el presupuesto limitado y con las ideas de traer a dos cracks en la delantera como pueden ser Lautaro y Neymar, a los culés no les importaría barajar la opción de jugadores con experiencia y buen rendimiento. Es el caso de Thiago Silva, central del PSG durante las últimas ocho temporadas, y que también sonó cuando estaba en el Milan. Parecería una locura por su edad, por la ficha tan alta que tiene y porque, si se quiere rejuvenecer al equipo, no tendría sentido.

El club, por otra parte, tampoco se podría permitir arriesgar por un futbolista que puede aportar poco más al fútbol. Su única ventaja es que podría venir a coste cero, pues termina contrato con el club francés este año, y no impondría un rol de titular, lo que daría margen a Setién para poder incorporar otros zagueros y usar al brasileño de rotación. El central es fuerte en el juego aéreo, potente al cruce y experto en colocación, lo que la secretaría técnica valora con muy buenos ojos, aunque lo más destacado de su posible fichaje son las ganas de triunfar al lado de Messi, a quien considera el mejor futbolista de la historia.