El FC Barcelona cayó de la lucha por La Liga en un partido desastroso que destapó las carencias de la temporada. Los errores defensivos, la ausencia de De Jong por sanción y la expulsión de Lenglet marcaron el devenir del partido. El Barça perdonó y volvió a pagarlo caro, esta vez, con una Liga de por medio. Santi Mina, por partida doble, enterró las pocas opciones de los azulgranas por el título de liga (1-2). La entidad prosiguió con su jornada trágica tras la eliminación del filial del play-off de ascenso a Segunda División.

El partido comenzó con claro dominio azulgrana sobre el terreno de juego. Además, la superioridad azulgrana se traducía en sendas ocasiones de Dembélé y Griezmann, detenidas por el portero Villar. A estas oportunidades las seguía un disparo con rosca de Messi pasado un cuarto de hora de la primera parte. El Barça asfixiaba la salida de balón de los celestes mediante una presión alta. Parecía cuestión de minutos el primer gol de los catalanes. La tarea de los gallegos se reducía a achicar balones en el área y que Iago Aspas o Nolito cazaran una contra.

Una vez pasados los primeros 25 minutos, Messi transformaba ese asedio al Celta en el primer gol del choque, el trigésimo del astro argentino en La Liga. Uno de los mejores socios de Leo, Busquets, puso un centro medido excelente para que el argentino rematara de cabeza fuera del alcance del guardameta Villar. Al fin surtieron efecto las largas posesiones del FC Barcelona en tres cuartos de campo.

Messi anotó su segundo gol de cabeza en La Liga 2020/21 | AFP

El primer tanto del partido espoleaba a los azulgranas, que seguían con la presión alta. Sin embargo, en el 38 Santi Mina echó por tierra todos los esfuerzos azulgranas por avanzarse en el marcador. El Celta marcó el empate a uno en su primera llegada, una tendencia que viene siendo habitual en Can Barça en el presente año. En el balcón del área, Mina aprovechó que Piqué tapaba a Ter Stegen para colocar un chute raso que venció por completo al alemán.

En el ecuador del partido el Barça enfilaba el túnel de vestuarios con las carencias que había arrastrado durante la temporada. A los azulgranas les cuesta horrores convertir ocasiones en gol ante bloques bajo, mientras que los rivales solo necesitan una o dos llegadas para quitar puntos al Barça.

La segunda parte comenzaba con una peculiaridad: el cambio de Riqui por un Pedri fundido. El joven mediocampista contaba con media parte para demostrar su valía a Koeman. En los primeros compases de la segunda mitad ya dispuso de una ocasión clara dentro del área. Tras el rechace, Ilaix mandaba un segundo disparo a las nubes. No obstante, Riqui condicionó su actuación prematuramente, por culpa de una entrada imprudente a Santi Mina que le costó la amarilla en el minuto 56.

La siguiente llegada peligrosa de los azulgranas acontecía a la salida de un córner en el minuto 60. Piqué cabeceó al segundo palo para que Araújo rematara forzado, pero a puerta vacía tras una mala salida de Villar. Con esto, el cabezazo del uruguayo se marchaba por encima del travesaño.

A falta de 25 minutos, Koeman ponía toda la carne en el asador con la inclusión de Dest por Piqué y la consecuente vuelta al 4-3-3. Esto suponía adelantar a Dembélé a la punta de ataque junto a Messi y Griezmann. La medida tenia efecto inmediato, puesto que el ‘mosquito’ dispuso de dos ocasiones casi consecutivas. Sin embargo, en primera instancia el pase dentro del área lo rechazaba la defensa, y más tarde el portero paraba el tiro escorado de Dembélé.

No obstante, el concurso de los atacantes franceses terminaba en el 70, con el doble cambio de Trincao y Braithwaite por Griezmann y Dembélé. La sustitución dio lugar a una ocasión casi instantánea de Denis Suárez, cuyo chute raso obligaba a Ter Stegen a lucirse y redimirse de su regalo a Brais Méndez al comienzo de la segunda parte.

El tiempo corría y el Barça encaraba el último cuarto de hora con el empate en el luminoso. Messi se abrió camino en el área mediante un autopase, pero su centro cruzaba el área pequeña sin rematador. Las prisas y el nerviosismo presionaban al conjunto azulgrana, que no encontraba el hueco volcado en campo contrario. Para más inri, Lenglet se ganaba la expulsión por doble amarilla en el lapso de diez minutos, provocando una falta lateral. El centro del libre directo no lo remató Néstor Araújo en boca de gol por escasos centímetros.

En los últimos cinco minutos, Koeman daba entrada a Pjanic a la desesperada. Pero como cada cambio, desencadenó una jugada clave. En este caso, el palo repelía un centro envenenado en el 88, y Mina cazaba una segunda jugada con Ter Stegen ya vencido.

El doblete de Santi Mina hundió al Barça en la tercera plaza | David Ramos

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