¡Qué Barça!, es de bien segura la exclamación entre los culés esta mañana. El equipo de Hansi Flick sigue firmando un inicio de Liga más que ilusionante, a tres días de debutar en Champions. El líder se mostró intratable en Montilivi, mismo escenario del pánico hace pocos meses. Lo que en mayo eran 4 goles del Girona ante un equipo descompuesto, se convirtió en lo contrario. Unos jugadores enchufados al partido de principio a fin, con un juego que crece, y con margen de mejora, pero que muchos ya señalan como el mejor de los últimos años. Es una gozada, seamos claros, ver cómo los azulgranas (ayer de negro) presionan, combinan, atacan y defienden. El equipo de Míchel, fiel creyente de que el balón desde atrás es su fuerte, se encalló ante la presión asfixiante, que les dejó sin pisar campo rival durante muchos tramos de partido.

De esta presión nació el primero de la goleada, con nombre propio, eso sí: Lamine Yamal. Ya no sorprende, pero sigue siendo alucinante pararte a pensar que un chaval de 17 años rinde a semejante nivel. David López todavía está buscando el balón. La joven joya le robó el balón al central en una maniobra digna del mejor defensor. Sin complejo alguna, avasalló acto seguido a Gazzaniga. Minutos después, el segundo, firmando así su primer doblete de la temporada. Son 3 goles y 4 asistencias en 5 partidos, encadenando 14 sin dejar de contribuir en algún gol. El crack del momento.

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Hansi Flick ya advirtió que su equipo no se cansa de marcar, y así fue. No contento con dos, el Barça quería más. Después de una primera parte de dominio total, Dani Olmo finiquitó el partido al poco de empezar la segunda. Tras un gran balón largo de Kounde, el de Terrassa volvió a perforar el arco local con una volea cruzada y potente, propia de la calidad del atacante. Su tercer gol en tres partidos, poca cosa. La mala noticia fue que se retiró con molestias y parece que será baja para el debut europeo en Mónaco.

El cuarto de la ilusión. Sí, es un Barça más vertical que otras veces, pero por contrario que pueda parcer, los centrocampistas “de toda la vida” son de los que más están disfrutando del plan de partido propuesto desde el banquillo. Si no me creen, revisen el partido de Marc Casadó. El excapitán del filial ha caído de pie en un equipo ordenado e inteligente, y por mucho que sea un alma luchadora, no existe mejor contexto para explotar su potencial. Su asistencia a Pedri puso la guinda a un partido de nivel top, que no nos impide seguir echando de menos a Bernal, pero sirve de esperanza para cubrir la posición que más dolores de cabeza provocó al culé la temporada pasada.

Stuani marcó el gol del honor, no sin que antes Lewandowski, Raphinha y Pau Víctor perdonasen la manita. Lo que se trataba de un duelo de Champions, así se bautizó en la previa, quedó en una goleada incuestionable. “Estamos muy lejos de este nivel”, expresó un resignado Míchel en sala de prensa, consciente que el Barça les había pasado por encima sin opción a réplica. La ilusión empieza a desbordar, aunque hay que ser consciente de que son sólo cinco jornadas, esto acaba de empezar. El jueves primer examen europeo, quiso el destino que contra el equipo capaz de superar al Barça de Flick antes de este espectacular incio. Lewandowski, quien cumplió 100 partidos advirtió al vestuario: “Hay que hacer más partidos así, también en la Champions League”. Hambre no faltará en Mónaco.