Es la hora de Sergiño, ya retumba su nombre en el cielo del Camp Nou. El estadounidense se marcó ante el Levante una de sus mejores actuaciones desde que viste de blaugrana, por no decir el partido más completo de su corta vida. La baja de Jordi Alba por lesión ha provocado que se le ceda su lateral izquierdo en los últimos encuentros, y ahí Dest disfruta, domina y diferencia. Su protagonismo en la banda y su aportación en la última victoria liguera fueron incontestables: encaró una y otra vez, desequilibró y sorprendió constantemente a la defensa contraria, que no podía hacer más que correr tras él en frustrados intentos de pararlo. Pero no se puede alcanzar un tren de alta velocidad, y Dest fue eso y más. Explosivo, eléctrico y, en definitiva, imparable.
Sus repentinos cambios de ritmo fueron uno de los ejes en el ataque culé, y en el carril izquierdo, desempeñando un papel incluso más parecido a extremo, pudo exprimir al máximo todas sus virtudes como futbolista. Posición que ya ocupó con éxito en varias ocasiones durante su etapa en el Ajax, y en la que va ganando poco a poco la precisión de la que carece en algunas acciones. Los números hablan, completando la friolera del 92% de los pases realizados y con un ratio de 5/6 regates victoriosos, además de 10/14 duelos ganados en suelo.
Ante el Granada y el Cádiz el resto del ataque no acompañó sus intentos de dañar el muro defensivo, pero contra el Levante y teniendo a sus otros compañeros enchufados también, se terminó de afinar la melodía. El juego granota le favoreció en gran medida, dado que le dejó lo que había faltado ante otros equipos: una autopista para correr y espacios abiertos, condiciones complicadas ante estilos como el gaditano, de esos que prefieren levantar un muro atrás para aguantar el marcador a cero.
Y es que las aportaciones del carrilero americano no se limitaron a su magistral asistencia en el gol de Luuk De Jong. Sergiño brindó el desborde del que carece esta plantilla, un arma afilada generando desequilibrios que, unida a la vuelta de Ansu y Dembélé, está destinada a darnos muchas alegrías. La evolución de Dest y su margen de mejora no pasan desapercibidos, siendo necesario recordar su precocidad: 20 añitos y más de una década de aprendizaje por delante. Lleva ya seis partidos jugados en esta temporada, buscando superar la treintena del curso pasado y su récord de cinco asistencias en la 19-20 con el conjunto holandés. Además de, por qué no, hacer crecer su registro goleador, una lata que aún no abierto en la presente campaña.
Koeman (o quizá un nuevo entrenador) tendrá que decidir si, con la vuelta de las bajas, Dest mantiene esta posición a pierna cambiada en el lateral izquierdo, que se está ganando a pulso y que ha demostrado ser en la que mejor se desempeña. El jugador, cuya prioridad es triunfar en el Barça, se está revelando como una de las más prometedoras y jóvenes perlas, y junto a Pedri, Araujo y los canteranos está llamado a marcar una época.