El Barça se llevó con honores el que pintaba, por las importantes bajas en el cuadro blaugrana, como El Clásico más reñido e igualado hasta la fecha.

Las culés dieron el aviso desde el pitido inicial de que habían viajado al Estadio Alfredo Di Stéfano para llevarse a Barcelona los tres puntos de manera innegociable. Patri Guijarro, una de las estrellas que más titilaron durante el encuentro, lanzaba en el segundo minuto un disparo al poste que por poco acaba en el fondo de la red de Misa. El gol que abrió la lata no llegó mucho más tarde, en el minuto 4, obra de una Ana Mari eufórica que demuestra cada día que mereció con creces su renovación.

La primera parte siguió su curso con escasas ocasiones en ambos lados, pese a que las blaugranas exhibían una patente superioridad guiadas por el gran partido de Geyse. Las jugadas recaían constantemente por su banda izquierda, córner desde que llegó el segundo gol, el de la tranquilidad, al filo del descanso. Esta vez la firma la puso Patri, líder infravalorada del cuadro culé ante la ausencia de Alexia y que, sin olvidar su juventud, se postula como una de las mejores futbolistas del globo. Su trabajo, constancia y méritos recuerdan al perfil del Busquets, ambos brújulas del juego de sus equipos en la sombra.

La velada perfecta fue “in crescendo”: nada más comenzar la segunda parte, Aitana se apuntó el tercer gol y besó el escudo de su vida, mientras el poblado sector culé de la grada respondía coreando su nombre. Una comunión perfecta que comienza a ser insignia de la franquicia, y que le augura el brazalete de capitana en un futuro no muy lejano.

La emotiva celebración de Aitana Bonmatí. Fuente: Getty Images

El Madrid no tuvo otra opción que despertar, pero la defensa culé y un gran paradón de Sandra Paños en el minuto 57 evitaron que las blancas sumasen en el marcador. Las jugadoras blaugranas, que se sabían en una circunstancia muy ventajosa, supieron aguantar el tipo y controlar el guion en todo momento, llegando al cuarto desde las botas de Rolfö. A mitad de segunda parte el técnico Giráldez decidió hacer cambios, dando la oportunidad a Salma Paralluelo de seguir sumando minutos y a Engen de mantener el gran momento futbolístico en el que se encuentra. Oshoala, Torrejón y Vicky López, flamante campeona del mundo sub-17, completaron la ventana de cambios.

López, con 16 años, 3 meses y 11 días, se convirtió así en la jugadora más joven en disputar un Clásico, en clave tanto femenina como masculina, superando el récord que ostentaba Vicenç Martínez Alama por casi medio año de diferencia. El broche de película hubiera sido que la benjamina se adjudicase un gol en el descuento para cerrar la “manita”, a la altura un Clásico que acabó entre “olés” que celebraban la eterna posesión blaugrana.

Este Barça que sin duda parece de ficción, se reivindicó una vez más como el orgullo de la casa y que pone tierra de por medio encaramadas en el liderato de la Liga F.