“Yo no quería ser jugador de fútbol. Yo quería ser jugador del Barça”. El jueves 3 de noviembre de 2022 siempre será recordado por todos los culés como el día en el que Gerard Piqué “nos tenía que decir una cosa”. Y vaya si nos la dijo; directa al corazón. Tras 25 años en Can Barça, el central azulgrana ha decidido poner punto final a su historia con el club de sus amores y, por lo tanto, a su carrera como futbolista.

“En la vida, cuando te haces mayor, te das cuenta de que querer también quiere decir dejarlo ir”. El sábado 5 de noviembre de 2022 también quedará en la retina del barcelonismo entero por ser la fecha en la que Gerard disfrutó de su último baile en el Camp Nou. Una despedida en la que no faltó de nada: brazalete, una eterna ovación al ser sustituido que paró el partido, discurso, manteo, homenaje y victoria.

Piqué, siendo manteado por sus compañeros durante su despedida | Fuente: Getty Images

Y todo esto con un estadio que se vistió de gala, cumpliendo con el código de vestimenta clásico de las noches más mágicas. Ayer noche, el Camp Nou acogió a un Gerard Piqué al cual no estaba acostumbrado. Visiblemente emocionado durante toda la velada y completamente roto con micrófono en mano, luchando consigo mismo para no dar un último discurso entrecortado por las lágrimas.

“Siempre dije que después del Barça no habría ningún otro equipo. Esto no es un adiós, solo necesito espacio. Ya me fui con 17 años porque también necesitaba ese espacio y acabé volviendo”. Tras entrar en La Masía en 1997 como parte de la gloriosa generación de 1987, en la que coincidió con Leo Messi y Cesc Fàbregas, se marchó de Barcelona en 2004 rumbo a Manchester. Y como la marea, se fue, pero para regresar más fuerte.

En 2008 recibió la llamada que cambiaría su carrera para siempre; Pep Guardiola le dijo que contaba con él para su nuevo proyecto en el primer equipo del FC Barcelona. Era el momento de volver a casa y de cumplir todos aquellos sueños que imaginó de pequeño. Y vaya si los cumplió.

Una de las primeras imágenes de Piqué para la historia; celebrando el 2 a 6 ante el Real Madrid en el Bernabéu | Fuente: Getty Images

Desde el primer día no dudó en mostrar al mundo entero su enorme personalidad no solo como jugador, sino también como persona. Sabedor de ser amado y odiado a partes iguales. Un completo ‘oportunista’ que aprovechaba la negatividad y el odio que su persona generaba en las aficiones rivales como motivación para mostrar su mejor versión en los partidos importantes.

Esa ha sido, sin duda alguna, la clave de su éxito. 14 temporadas después, Gerard puede estar bien satisfecho; su palmarés es de los más envidiables de la historia del futbol. Tras 615 partidos con el Barça -el defensa con más partidos de la historia del club y el quinto en total-, se retira como el tercer jugador con más títulos de la historia del club con 30, por detrás de Leo Messi (35) y Andrés Iniesta (32).

Piqué, alzando la última Champions que ganó con el Barça en 2015 en Berlín ante la Juventus | Fuente: Getty Images

Pero la figura de Gerard Piqué va más allá de los títulos; son todos los momentos que nos ha regalado. Su papel durante estas 14 temporadas ha sido crucial: pilar, líder, capitán, estandarte; se agotan los calificativos. Ha formado parte de la época dorada del club, así como de uno de los ciclos más exitosos y longevos de la historia del deporte, elevando el prestigio del Barça a unos niveles insospechados años atrás.

Piqué, celebrando con rabia un gol en el Camp Nou ante el Real Madrid en 2016 | Fuente: Getty Images

Compañeros y excompañeros elogian su capacidad de liderazgo, integración y cohesión con el equipo, e incluso lo ejemplifican como modelo a seguir. No solo se va Piqué, se va un trozo del escudo. 14 temporadas dan mucho de sí. Ha estado en los mejores momentos y también en los peores, pero siempre ha dado la cara, llegando literalmente a partírsela solo por amor a los colores, al escudo y al club.

Desde la mítica celebración del 2 a 6 en el Bernabéu en 2009 hasta el gol de la victoria en el 93’ contra el Sevilla en 2021 para clasificarnos a la final de nuestra última Copa del Rey. Desde hacer enloquecer a los culés en Mestalla con su gol ante el Athletic en la final de Copa de 2009 hasta mandar a callar a los pericos en Cornellà con un gol en el último minuto. Podría haber hecho una carrera solo con todas las redes que ha recortado de los estadios dónde ha levantado títulos y con todas las ‘manitas’ que ha alzado.

La ‘manita’ de Piqué, siempre presente en los Clásicos de la última década ante el eterno rival | Fuente: Getty Images

Sin embargo, dónde hay luces también suele haber sombras, y los últimos años han sido muy duros. Las derrotas abultadas, las debacles en Europa y la inestabilidad en el club, sumadas a la situación de su vida personal, han hecho mella en el central azulgrana. Conocido por no esconderse ni ante los medios ni en redes, el foco de atención siempre se ha centrado en él como objeto principal ante el aluvión de críticas e insultos.

“El equipo necesita cambios y no hablo ni de jugadores ni entrenadores. Nadie es imprescindible. Yo soy el primero que me ofrezco a irme si llega sangre nueva para cambiar esta dinámica”. Esas fueron las palabras de Piqué tras el 2 a 8 ante el Bayern en 2020, y esas palabras han sido utilizadas recurrentemente por infinitud de ventajistas adeptos o no al club cuando el equipo ha vuelto a caer.

Piqué, uno de los principales señalados de las últimas debacles del Barça en Europa | Fuente: Getty Images

“Cuando sienta que deje de ser útil, me iré”. Sus propias declaraciones no han parado de perseguirle. Incluso cuando aceptó diferirse el sueldo para poder inscribir a los fichajes de la temporada pasada, a muchos les seguía sin parecer suficiente. Seguían dolidos con él. Para muchos era el primero que debía abandonar el barco, pero muchos otros creían que aún le quedaba cuerda para rato, ni que fuera como mentor dentro del vestuario, pero la realidad es que el fútbol no tiene memoria. Las personas pueden tener más o menos aguante, pero nadie es de piedra, y Gerard ha considerado que este era el momento adecuado para decir adiós.

Una imagen vale más que mil palabras | Fuente: Getty Images

Un adiós, pero con sabor a “hasta pronto”. Gerard se despedía en su vídeo con la mirada puesta hacia el palco del Camp Nou. Un mensaje claro con vistas al futuro del capitán azulgrana, quién nunca ha escondido su deseo de algún día convertirse en presidente del club. Y en el discurso de anoche, estas fueron sus últimas palabras: “Mi abuelo me hizo socio el día que nací. Nací aquí y moriré aquí”. Que no nos quepa ningún tipo de duda; tarde o temprano, Piqué volverá. Porque los héroes van y vienen, pero las leyendas son para siempre. Un culé de siempre y para siempre. Gracias por todo, ‘Geri’.