El FC Barcelona ha buscado por años un relevo digno de sustituir a la alargada sombra de Dani Alves. Hasta hoy, no ha habido suerte. Es más, el club azulgrana ha recurrido al propio jugador brasileño para recuperar el brillo en el carril diestro, aunque no podrá debutar hasta enero. Sin embargo, hasta el momento ninguno de los inquilinos en el lateral ha estado a la altura.

Nélson Semedo jamás alcanzó el potencial que se le conocía cuando recaló en Can Barça. Tampoco Sergi Roberto terminó de convencer, con muchas lagunas defensivas. Más tarde, Sergiño Dest dio destellos de sus buenas proyecciones ofensivas, pero tampoco ha alcanzado a día de hoy el nivel que se espera de él. Frente al Betis, otra tarde desafortunada con imprecisiones en defensa y poca presencia en ataque. La banda por excelencia sigue siendo la izquierda, con las incorporaciones y los centros de Jordi Alba.

Por último, Koeman recurrió durante su etapa en el banquillo del Camp Nou a Òscar Mingueza, a pesar de ser central. Y el tiempo ha demostrado que el de Santa Perpètua de Mogoda es un zaguero. Mingueza sufre defensivamente por el carril diestro y no tiene la profundidad necesaria en ataque. Tampoco atesora el golpeo de balón necesario para proveer de asistencias a los delanteros. Por ello, el catalán debe regresar a la posición de central, donde se erigió en el sólido complemento de Ronald Araújo, que ya se codea con los mejores defensas en la actualidad.

En definitiva, en Can Barça esperan a Dani Alves, que a sus 38 años ha vuelto al club de su vida para ayudar en un momento difícil, deportivamente a la par que económicamente. El campeón olímpico no ha venido a Barcelona de vacaciones, ya afirmó que quiere luchar por un puesto de titular y guiar a los más jóvenes. Alves será el espejo donde Dest pueda mirarse de cara al futuro. El brasileño no será el mismo que en sus mejores años, pero todavía puede dar un nivel más que decente. Además, vino al club libre de traspaso y por un sueldo simbólico, digno de alabar.