El 25 de agosto de 2017, tras la marcha de Neymar, el Barcelona fichó a un jóven Dembelé por 105 millones más variables: el fichaje más caro del club hasta la fecha. Ousmane representaba para el club un gran proyecto a futuro, con capacidad de aportar rendimiento inmediato y, así, suplir la baja del brasileño. Pero, cinco años más tarde, el la entidad culé ha visto como Dembelé no ha cumplido las expectativas. Las lesiones y la indisciplina han lastrado su rendimiento, hasta el punto en el que el Barça no se podía permitir que el francés fuera su única apuesta firme para la banda derecha.

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Y entonces es cuando Raphinha entra en acción. Ousmane necesitaba competencia y alguien que pudiera suplirlo en caso de lesión. El brasileño era el candidato perfecto: presente, futuro y una consistencia que Dembelé no podía prometer. Tras otra gran suma de dinero, el Barça cuenta para la 22/23 con dos grandes jugadores, a priori, para competir por un puesto. Sin embargo, el plan no ha salido como se esperaba: ha salido mucho mejor.

Fuente: Leeds Live

De una teórica rivalidad ha surgido una conexión que nos hace pensar que, a la espera del mejor Ansu, van a ser los titulares. Dembelé por derecha, rindiendo a un nivel espectacular, y Raphinha, desplazado a la izquierda donde, sin ser su mejor posición, ha aportado mucho en pretemporada. Dembelé ha sido el máximo goleador y Raphinha, sobretodo al inicio, ha caído de pie en el club culé. El brasileño y el francés, destinados a competir, van a tener que entenderse, para servir balones a un Robert Lewandowsky que, este año si, va a ser un destino top para todas las jugadas que inventen.