Después de la eliminación en Supercopa frente al Atlético de Madrid, la cúpula del Barça entraba en dudas con la situación de Ernesto Valverde. Ya en el verano pasado, contactaron con diversos entrenadores como Roberto Martínez, Pochettino o Koeman, pero todos le dieron calabazas tras el batacazo europeo de Anfield. La tensión iba en aumento y el círculo de candidatos se fue cerrando hasta que pensaron en casi una apuesta segura: Xavi Hernández. El ex jugador, en proceso de formación de entrenador, siempre tuvo y tendrá las puertas abiertas en el que ha sido el club de su vida, pero ya sea por la junta directiva o por la experiencia como técnico, declinó su oferta de coger al equipo en mitad de la temporada.

Según Sique Rodríguez, compañero de la Cadena Ser, Xavi pidió llegar en verano por la precipitación de la situación, ya que contaría con una nula planificación y jugadores que quizás no cuadraban en su esquema. Además, quería a Carles Puyol y Jordi Cruyff como asesores directivos y control global del fútbol base, al que daría muchísima importancia con la vuelta de Joan Vilà, el que fuera hasta 2019 el director de Metodología del Barça. Por otro lado, las continuas lesiones de futbolistas como Dembélé preocupan al de Terrassa, que también habría pedido cambiar al equipo actual de servicios médicos. Por último, y no tan importante ya que cada entrenador elige a sus ayudantes a pie de campo, integrar a su hermano Óscar al cuerpo técnico.

Abidal y Bartomeu querían una incorporación inmediata, y los requisitos propuestos no convencían a ninguna de las partes. Desde el club se aseguraba que en ningún momento se hizo una oferta por Xavi, pero el mismo entorno afirmaba que era la primera opción incluso por delante de Quique Setién. Ahora y si todo sale bien, el entrenador catalán tendrá que modificar su plan de ir al Barça a corto plazo, seguramente con la entrada del nuevo presidente en 2021, que tiene todas las papeletas de ser Víctor Font.