Noche fría en el Camp Nou. El Barça se despidió definitivamente de LaLiga ante el Cádiz con una derrota por 0 a 1 cuatro días después de decir adiós a la Europa League frente al Eintracht de Frankfurt. Los azulgranas echaron en falta el calor de la grada de animación, ausente en acto de protesta contra la invasión alemana del pasado jueves. El conjunto catalán también añoró la presencia de Pedri y Araujo para evitar la primera victoria de la historia gaditana en el Camp Nou. No le salió nada al Barça, cuyo única motivación para terminar la temporada dignamente es conseguir el segundo puesto del campeonato liguero.

Xavi alineó a varios futbolistas menos habituales en el once. Lenglet y Dest ocupaban la línea defensiva junto a Eric y Jordi Alba, ante la baja por sanción de Araujo y la lesión de Piqué. El técnico egarense también dio la alternativa a Memphis en ataque, tras un mes de suplencias.

El Barça puso la directa a los pocos minutos de comenzar el encuentro, consciente de la necesidad de anotar pronto y amarrar los tres puntos. El Cádiz, a sabiendas del juego dominante de los azulgranas, aguardaba su oportunidad propicia de salir al contraataque. Y las ocasiones no tardaron en llegar, fruto de las cabalgadas de Dembélé por banda. Ferran dispuso de un remate cruzado que, no obstante, precedió un apagón de los pupilos de Xavi.

Sin embargo, los andaluces no se amedrantaron y adelantaron líneas para desquitarse de las garras azulgranas. La fórmula surtió efecto, pues los hombres de Sergio González consiguieron minimizar las intentonas de los catalanes. Las llegadas del Barça se resumían en las genialidades de Dembélé por banda derecha.

El primer aviso serio del Cádiz se convirtió en la ocasión más clara del partido. Una conducción de Rubén Sobrino que superaba a Gavi y un pase raso a Lucas Pérez demostraban lo poco que necesitan los rivales del Barça para inquietar al Camp Nou. Sorprendentemente, el delantero gallego perdonó a Ter Stegen y envió su remate fuera.

Hasta el descanso, el único agujero que dibujaron los azulgranas en la zaga gaditana lo trazaba Dembélé. El ‘Mosquito’ se convirtió en un quebradero de cabeza para Pacha Espino y el resto de defensas amarillos. El extremo francés dio un recital de recursos que evidencian todavía más la necesidad imperante del club con su renovación de contrato. Era indiferente la pierna y el perfil, Dembélé desbordaba tanto por dentro como por fuera. El portero de los visitantes, Ledesma, tuvo que estirarse a fin de atajar un tiro raso del atacante galo.

Con esto, Dembélé por sí solo resultó insuficiente para abrir la lata del partido, falto de clarividencia al decidir. Los azulgranas enfilaban el túnel de vestuarios escasos de profundidad y con todos los deberes por hacer. En tanto, el entrenador de los gaditanos solo debía poner especial atención sobre la figura del ‘Mosquito’. No hubo noticias de Memphis, desaparecido en combate y neutralizado por el ex azulgrana Fali. Tampoco marcaron diferencias Gavi ni Frenkie en el centro del campo, diluidos con el paso de los minutos.

El Cádiz castigó la pasividad defensiva

En la reanudación, Xavi modificó ligeramente el esquema con Memphis por banda izquierda, y Ferran como falso ‘nueve’. Sin embargo, esta permuta dio paso al gol del Cádiz en el minuto 48. Ni Eric ni Lenglet acertaron a cubrir a los atacantes visitantes. Rubén Sobrino remató de cabeza sin oposición. Ter Stegen detuvo el cabezazo, pero Sobrino vovió a rematar en vista de la pasividad de los azulgranas. De nuevo, parada del teutón, pero estéril porque el Cádiz conseguiría adelantarse en el marcador por medio de un tercer remate, obra de Lucas Pérez.

El gol de Lucas Pérez sacó al Cádiz del descenso | Getty

Por su parte, el Barça demostró carácter a la par que precipitación en su reacción posterior al gol. Los azulgranas lo intentaban, pero faltaba un punto de pausa para ordenar las ideas sobre el césped. Xavi abrió el carrusel de los cambios, dada la adversidad del resultado, con la entrada de Aubameyang en lugar de Memphis. El presencia del neerlandés fue inofensiva para la defensa gaditana.

Sin embargo, hacia el minuto 60 el FC Barcelona comenzó a estrechar el cerco sobre el área gaditana. Dembélé mediante un lanzamiento de falta muy cerrado, comprometió una salida de Ledesma. Pero también puso a prueba al guardameta argentino con un tiro envenenado desde fuera del área. El marcador no se movía, aunque el Cádiz reculaba líneas con la intención de aguantar el resultado. Los andaluces frenaban a los azulgranas por lo civil o lo criminal, con entradas peligrosas de Luis Hernández a Busquets y de Pacha Espino a Dembélé. Solo la acción del primero veía la tarjeta amarilla.

El pequeño subidón de adrenalina azulgrana no cambió los planes del Cádiz, que perdonó la vida a los pupilos de Xavi en otro contragolpe. Álex Fernández dispuso de un disparo franco que envió fuera. La jugada desencadenó otros dos cambios en el banquillo del Barça. Luuk y Adama pisaban el terreno de juego en busca de la remontada, en medio de una ovación del público hacia el holandés. Xavi puso toda la carne en el asador, con tres delanteros, dos carrileros y defensa de tres. Y casi instantáneamente, Luuk cercó el gol con un cabezazo a la salida de un córner. Lo intentaron también Eric y Aubameyang, con sendas ocasiones rechazadas por el meta visitante, en estado de gracia. 

Los remates de Luuk no salvaron esta vez al Barça | Getty

Pero la épica esta vez no se presentó en Camp Nou. El Barça se despidió de LaLiga con una derrota merecida contra el Cádiz. La fragilidad defensiva y la falta de profundidad en ataque cortaron la racha de imbatibilidad azulgrana de 15 partidos en LaLiga.  Las pérdidas de tiempo por parte del Cádiz más la controvertida actuación del árbitro sirvieron como condimentos para terminar de desesperar a los azulgranas y culminar su particular semana negra.