Xavi llegó a media temporada. No tenía tiempo de preparación, de aterrizar, de hacer del Barça su equipo. Pese a ello, su primera petición fue clara: extremos. El club le trajo a Ferran y a Dembélé, que sin Xavi hubiera acabado en la grada. Con ellos y Auba, el técnico construyó un Barça que, de nuevo, inspiraba temor.

Pero llegó verano y Xavi pidió más. No bastaba con la recuperación de Ansu: el técnico quería a Raphinha, para dárselo todo. Desde entonces, Dembélé y el brasileño pasarían a ser el eje sobre el que construir, transitar y generar peligro. A través de un fútbol ultra vertical, Xavi buscaba que el balón llegara lo antes posible a los dos extremos, para que generaran en parado, retando a su par.

 

Raphinha y Dembélé (Photo by Eric Alonso/Getty Images)

Así, el fútbol de Xavi aceleraba, hasta puntos de no retorno. Como si la velocidad fuera sinónimo de descontrol, de transiciones hiperagresivas. De un fútbol para el que el Barça no estaba preparado. A 200 por hora, el conjunto culé se estrelló. Y las secuelas de la colisión, salvo milagro europeo, serán muy graves.

A partir de aquí, a Xavi le tocará reconstruir. El técnico ha pedido tiempo para el proyecto, para la plantilla, para él. Laporta, tras su all in, se ve obligado a concedérselo. El ‘proyecto Xavi’ tendrá una nueva oportunidad para reivindicarse. Esta sí, parece que, según el propio entrenador, será la última.

El Barça, después de estrellarse, sigue con estrés postraumático. El miedo a la pérdida y a las transiciones bloquean a los suyos, que han perdido aquella frescura e inspiración del inicio de curso. El Barça debe olvidar sus traumas y desprenderse de sus cadenas. Y Ansu y Ferran pueden jugar un papel clave al respecto.

 

Ferran Torres (Photo by Alvaro Medranda/NurPhoto via Getty Images)

Si algo le falta al Barça en ataque no son efectivos, ni recursos. Pero sí fluidez y coherencia en el plan, para que las individualidades brillen: más minutos para Ansu y Ferran, menos para Dembélé y Raphinha. Así, tener una ocupación de los espacios más racional, menos pérdidas absurdas y amenaza al espacio. Que sean lo que Xavi predica y no lo que ha expuesto en el campo. Que sepan encontrar el camino para volver a casa.