La remontada no pudo ser y el F.C. Barcelona fue eliminado en octavos de final contra el Paris Saint-Germain. El equipo de Koeman no pudo realizar una proeza similar a la de 2017 y cayó ante el conjunto dirigido por Mauricio Pochettino. A diferencia de la derrota en el Camp Nou, los culés dieron la cara y se marchan de la competición haciendo muestra de su orgullo ante un equipo parisino que no tuvo una gran noche.
En los primeros 25 minutos el Barcelona desplegó un juego ofensivo sin complejos. Y jugando como punta de lanza del ataque blaugrana, Dembélé tuvo dos ocasiones claras detenidas por Keylor Navas, y Dest también tuvo su oportunidad con un tiro que repelió el travesaño. El PSG tenía por momentos a cinco jugadores defendiendo y esperaba su oportunidad para lastimar al contraataque.
Pero el partido pronto trajo la primera desgracia para los culés. El VAR revisó un pisotón de Lenglet a Icardi en el área pequeña y el árbitro Anthony Taylor señaló penalti. Mbappé marcó la pena máxima y el Barcelona se apagó por momentos. Hasta que Leo Messi volvió a inyectar energía con un misil lanzado con su empeine desde fuera del área, dirigido a la derecha de Keylor Navas, que nada pudo hacer.
Volvió a presionar el Barça, metido de nuevo en el partido. Pero el gol no llegaría en la primera parte. Kurzawa cometió penalti sobre Griezmann al filo del descanso. Y esta vez, Messi no pudo marcar ante un Navas que salvó a los suyos en un momento clave. El fallo de Leo iba a ser un golpe psicológico muy duro para el equipo que buscaba la remontada.
Los de Koeman saltaron al campo en la segunda parte más apagados que en el rompedor inicio del partido. Seguían generando ocasiones, pero el ritmo era otro. Por su parte, los franceses seguían cediendo el balón al rival y juntando jugadores en defensa, con Mbappé sin ocasiones para aprovechar su velocidad. El paso de los minutos en la segunda parte hundió progresivamente al F.C. Barcelona.
Ronald Koeman trató de inyectar energía con una triple sustitución: Ilaix, Pjanic y Braithwaite entraron por Busquets, Pedri y Dembélé. Pero nada cambió. El dinamismo del ataque culé en la primera parte se había evaporado hace rato y el equipo blaugrana no dejaba de tocar el balón para llegar a la frontal del área parisina y perder el balón sin generar peligro real.
El marcador ya no sé movió del empate a uno y el árbitro indicó el final del partido. Por primera vez desde 2007, el F.C. Barcelona no se clasifica para los cuartos de final de Champions League. Pocos datos pueden explicar mejor el presente de un Barcelona que suma otra noche trágica en Europa. Un Barcelona que, tras la espectacular remontada ante el Sevilla en Copa del Rey, volvió a encontrarse con sus limitaciones. Y que tras caer en la competición europea, tiene que rearmarse rápido para terminar la temporada luchando por La Liga y salvar la conocida como “temporada de transición”.