Duro empate (1-1) para el F.C. Barcelona ante el Deportivo Alavés, en un partido donde se vio superado en la primera parte, tras un error de Neto, y tuvo que corregir en la segunda para intentar la remontada. No fue suficiente ante los de Machín, que resistieron la tormenta blaugrana.

El partido comenzó con un intercambio de ataques en los primeros minutos, con acciones erróneas de los delanteros y un ritmo del balón lento. Prueba de ello fueron los números. Habían transcurrido 12 minutos y ambos equipos habían perdido ya 15 balones. Fue precisamente en ese minuto 12 cuando Ansu Fati tuvo la primera ocasión clara del Barcelona, pero su disparo se fue a la derecha de la portería de Pacheco.

El Alavés aprovechaba las pérdidas del conjunto blaugrana para desplegar su juego al contrataque. Como en el 16’, cuando el conjunto local superó a la defensa culé pero el delantero Edgar remató sin fuerza tras la carrera y Neto detuvo en dos tiempos. El equipo necesitaba de un Messi que no terminaba de aparecer y que estuvo cerca de marcar de falta, pero Lejeune evitó el gol bajo palos. El en mediocampo, Busquets no estuvo iluminado y se está comenzando a extrañar al jugador que fue.

Ansu Fati se lamenta de la ocasión fallada / Fuente: Getty Images

Precisamente cuando el conjunto culé comenzaba a ganar confianza llegó el error garrafal de Neto y el gol de Alavés. Piqué recuperó un balón tras un ataque y cuando la dejaba para Neto, el portero se confundió con los pies y Luis Rioja le robó el balón para rematar a placer. El Alavés perdió el miedo a partir de su gol y aumentó su presión en campo contrario.

De Jong pidió penalti por un empujón de Ximo Navarro cuando remataba en el área, pero Hernández Hernández no consideró suficiente el contacto para señalarlo. Lo que si vio el colegiado fue el gesto de rabia de Messi, que chutó el balón y recibió amarilla por su gesto.

El error de Neto cambió totalmente el partido / Fuente: Getty Images

Koeman reaccionó rápido

El descanso trajo una sorpresa de Halloween: Koeman hizo un triple cambio. Entraron Pedri, Trincao y Pjanić en el lugar de Lenglet, Dembélé y Busquets. Las sustituciones, sumadas al retroceso posicional del Alavés, cambiaron el aire del partido. Todo el equipo mejoró y se vio una especial conexión ente los más jóvenes.

El Alavés se quedaba con diez hombres en el 62’, tras una patada de Jota Peleteiro a Piqué que suponía su segunda tarjeta amarilla del partido y la expulsión. Y sin tiempo para asimilarlo, llegó el gol del empate. Un error de Tomás Pina en defensa se convertía en un pase filtrado que a Griezmann lo dejaba mano a mano con Pacheco, a quién el francés superó con una vaselina. Empataba el Barça.

Griezmann
Griezmann se reencontró con el gol en Mendizorroza / Fuente: Getty Images

Insistió y ganó espacio en el área rival el Barça tras el gol. Hubo saques de esquina, disparos lejanos y jugadas en corto en la frontal de área. Por su parte, el Alavés se cerró y obligó a los visitantes a jugar en corto en la frontal del área, en búsqueda del hueco. El equipo de Pablo Machín aguantó como un boxeador contra las cuerdas, recibiendo golpes y esperando que la campana lo salvara. Y se salvó. El asedio culé terminó sin recompensa y ya son cuatro jornadas de liga sin ganar (dos puntos de doce posibles). Se asoman fantasmas del pasado en Can Barça.