Era la última actuación del equipo antes de la llegada de Xavi Hernández al banquillo culé. Y un partido muy importante para no descolgarse aún más de la lucha por el liderato de la Liga. Y los jugadores del Barcelona recibieron a Xavi con dos malas noticias. La primera, un terrible empate tras ir ganando por tres goles, ante un rival que en el pasado siempre los ha hecho sufrir. La segunda, la nueva lesión de Ansu Fati, la joven estrella que con su regreso esta temporada había dado una de las escasas alegrías que ha tenido la parroquia blaugrana.

El inicio del partido dejó estupefactos a los jugadores del Celta, porque estuvieron a punto de adelantarse con un mano a mano de Aspas ante Ter Stegen y su disparo se marchó fuera por poco. Era solo un espejismo, porque entonces Ansu iba a fabricar el primer gol después de recortar ante Hugo Mallo y colar el balón entre este y Tapia. El Barça se adelantaba en el minuto 5 de partido.

Ansu Fati marca el primer gol
Ansu en la jugada del primer gol / Fuente: Getty Images

El gol trajo al Barcelona una mayor confianza en los pies, y Busquets iba a recibir en la frontal un balón de Nico. Desde la medialuna sacó un disparo con el interior que se metió ajustado al palo. Era el 18’ y los culés ganaban por 0 a 2. Y apareció el que estaba siendo claramente el jugador del partido, Nico, para superar a dos rivales y abrir para Alba. El lateral centró y Memphis convirtió con un cabezazo el tercer tanto. El F.C. Barcelona estaba eficaz como en sus mejores épocas (tres goles en seis disparos a portería) y el Celta se hundía en un caos defensivo. Antes del descanso, llegó la mala noticia del día. En una carrera larga, Ansu Fati se frena en seco. Rotura. Se marchó cojeando y se esperan noticias lo menos negativas posibles.

Eduardo ‘El Chacho’ Coudet tiene una fama de motivador más que merecida. No se explica de otra forma sino el cambio futbolístico y anímico del conjunto céltico en la segunda parte. Y si el Barcelona había mostrado su mejor cara de la moneda en la primera mitad, en la segunda iba a salir su cruz. Galhardo recibió en fuera en fuera de juego un pase de Aspas y supero a Ter Stegen. El tanto anulado era el precedente al primer tanto celtista. Javi Galán se subió a la moto y cruzó el área culé. Su remate fue despejado por Ter Stegen pero Aspas cazó el balón y lo transformó en gol.

Iago Aspas amargó la tarde al Barça / Fuente: Getty Images

Poco después se rompió Nico (onceava lesión en la plantilla del Barça). Se marchaba el mejor jugador del partido. Y el hundimiento continuaba. En sus mejores minutos, el Celta se hacía con el control del partido y Nolito recortaba distancias con un cabezazo imparable, en una jugada donde Lenglet podía haber hecho más. Los jugadores del Barça quedaron en shock. Y no pudieron reaccionar. Barjuan solo atinó a dar entrada a Abde por Gavi. Y los de Coudet se creyeron que podían empatarlo.

En la última jugada del partido, tras cinco minutos de añadido, se consumaba el desastre culé. Javi Galán recibió en el borde del área y cuando Mingueza quiso cubrirlo, dejó solo al histórico Iago Aspas, que cruzó el balón para empatar el partido. Depresión blaugrana, euforia celtista. La imagen de los jugadores derrotados es la representación de todo lo que ha sido la vida blaugrana en el último año. Xavi tiene mucho trabajo futbolístico, táctico y sobre todo, anímico.

Los jugadores del F.C. Barcelona, superados / Fuente: Getty Images