Un enfrentamiento en La Catedral nunca es sencillo, menos aún si ocurre en la segunda jornada de Liga porque sabes que será una lucha muy física donde tendrás que imponer tu calidad. Sin embargo, Koeman se ha visto superado por Marcelino tanto en la pizarra como en el campo y no ha sabido transmitir a sus jugadores cómo superar la presión asfixiante del Athletic durante todo el partido. El león, Memphis Depay, ha rescatado un punto para el Barça y ya suma su primer tanto en La Liga.

Memphis celebrando su primer gol en La Liga. Fuente: Getty Images

El Athletic empezó asfixiando al Barça en su propia área de la cual no consiguieron salir salvo en ocasiones puntuales debido a la excelente presión bilbaína. Marcelino planteó una presión al hombre por dentro liberando solo a Neto, que tardó más de una hora en saber dónde estaba, y dejando el tiempo justo a los laterales, Dest y Alba, para que no supieran qué hacer con la pelota y provocar así las recuperaciones en tres cuartos del campo del Barça. Tan solo Memphis tiró del equipo con acciones individuales como la del minuto seis que, tras un caño a Íñigo Martínez en la línea de fondo, acabó regalando una oportunidad de oro para marcar a Braithwaite, pero el balón acabó en las nubes.

El partido tuvo un ritmo altísimo. El Athletic puso la intensidad, la garra, la presión, el juego tanto con como sin balón. Mientras que el Barça solo encontraba la forma de hacer daño al rival mediante los cambios de orientación que le permitían avanzar para conectar con Memphis o Griezmann arriba. El Barça volvió a cometer el mismo error de la Supercopa Española: no presionar al Athletic y entregarles el balón. Solo el hombre es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra y Koeman parece ser capaz de tropezar una y otra vez con la misma porque aún no ha demostrado darse cuenta de que el Barça nunca se va a imponer por su físico y, ante partidos de gran exigencia física como el de hoy, debe buscar el plan táctico que provoque que se imponga el talento.

Hasta la media hora de partido, las ocasiones llovían más por parte del Athletic que llegó a estrellar incluso un balón en el larguero tras una gran jugada de Sancet. Entre Eric, Piqué y Busquets trataron de sacar la pelota lo mejor que pudieron, pero como confirmó Griezmann en los micrófonos tras el pitido final, no tenían ni idea de cómo superar la presión que había planteado Marcelino y se notó durante todo el partido. En defensa, Piqué tuvo que ser sustituido por Araujo quien protagonizó la polémica del partido tras marcar de chilena un balón prolongado de Braithwaite que el árbitro señaló como falta.