Centinela, vigía, pilar, núcleo duro de la construcción del Barça. La salida de Sandra Paños del club blaugrana, otro miembro de las pocas que han estado allí para atravesar toda su historia de éxito y transformación, deja una sensación de orfandad en el vestuario difícilmente reemplazable.

Era un fin de ciclo. Lo sabía la propia Sandra, lo sabían las aficionadas, lo sabía un equipo que vio eclosionar a Cata Coll durante la última lesión de Paños como una de las mejores guardametas del globo. Y la pionera, la guardiana, tuvo que dar un paso atrás y quedarse en un segundo plano insostenible durante más temporadas. A sus 31 años, después de casi 300 partidos oficiales e incluso un gol durante su primer año de blaugrana, la alicantina pone rumbo a América para poder seguir disfrutando de ese balompié que tantas alegrías le ha dado.  

La portera se marcha del Barça en la cumbre: primer póker de títulos de la historia

Sandra llegó al Barça con 22 años en 2015, tras media vida en el Levante y con todo un universo de crecimiento en el fútbol femenino por descubrir y explorar. Aterrizó en la Ciudad Condal con el ímpetu de una joven guerrera y la humildad de quien reconoce el potencial de las blaugranas. «Llegué con las ganas e ilusión de comerme el mundo, pero con el respeto de llegar al mejor equipo de España y al que podía ser el mejor equipo del mundo», ha rememorado la guardameta en su emotiva despedida de esta mañana.

A lo largo de nueve temporadas plagadas de triunfos, Sandra se consolidó como un baluarte infranqueable en la portería. Se marcha con 23 títulos en su haber, entre los que destacan cinco Ligas, seis Copas de la Reina, cuatro Supercopas de España y tres Champions League. Paños ha sido coronada con el Zamora en cuatro ocasiones y en el equipo ideal de la UEFA en otras tantas.

La mejor portera de la historia de la sección, habiéndolo ganado todo.

«Lo he dado todo. Me voy tranquila, con paz y con orgullo de ser una de las capitanas de este equipo. Ha sido un viaje impresionante», confesó Paños, reflejando la satisfacción de quien ha cumplido su misión con excelencia. No solo fue una guardiana de la portería, sino también una líder e inspiración para sus compañeras y las niñas que no le pierden detalle a cada movimiento del equipo.

Más allá de los laureles y las estadísticas, Sandra puede presumir del mejor galardón de todos: ser pionera. «He querido ser esa referente que a todas nosotras nos faltaron. El legado que dejamos es la mayor motivación para las siguientes generaciones. Hemos roto barreras y alzado la voz«, proclamó con orgullo, consciente del camino abierto para las que vienen detrás.

Sandra y Alexia, inseparables en cada etapa del equipo.

Este último año, a pesar de asumir un rol más secundario, no restó brillo a su carrera. «En mi trayectoria había tenido un rol primario, este año ha sido diferente, no ha sido así y me ha tocado aceptar la situación», ha admitido la alicantina. Su espíritu indomable y su amor por el fútbol la llevan ahora para preparar su nuevo desafío cruzando el charco.

«Mi futuro está decidido. Se sabrá en los próximos días. Quiero seguir creciendo personalmente. Me siento con ganas de seguir compitiendo aún», reveló, dejando abierta la puerta a un posible regreso al Barça en otras capacidades. «Ojalá, estoy abierta a cualquier cosa».

Con la serenidad de quien ha dejado una huella imborrable, Paños se despidió del club que la acogió y la vio crecer, con la emoción que le sobrevenía el día anterior a Mariona Caldentey. «Somos unas privilegiadas por haber visto el desarrollo. Las cosas no son casualidad, esto no habría podido darse sin la apuesta del club por nosotras«, reflexionó, resaltando la importancia de la inversión y el apoyo continuo en el fútbol femenino.

Paños dándole indicaciones a Mapi León y Alexia cuando el fútbol femenino era bastante diferente.

Sandra se despide con la satisfacción de haber alcanzado el primer póker de títulos de la sección, una hazaña que describe como «la mejor manera de salir». «Ha sido un placer», concluyó con una sonrisa la portera, que no ha podido dejar mejor heredera.

Así, la futbolista emprende un nuevo rumbo, llevando consigo el espíritu del Barça y el agradecimiento eterno de una afición que nunca olvidará a su guardiana inquebrantable. Su nombre permanecerá inscrito en la historia del club y, su sombra seguirá velando la portería culé durante mucho, mucho tiempo.