El miércoles pasado, Robert Lewandowski no solo volvió a La Liga, sino que también regresó a su idilio con el gol. Lejos de frenar su ímpetu y calmar su apetito, la sanción de tres partidos por aquella polémica expulsión en Pamplona provocó que el hambre de gol del delantero polaco fuera incontrolable. Robert llegó al Benito Villamarín con la misión de volver a marcar en Liga. La última vez que vio puerta fue a finales de octubre, en Mestalla, para darle la victoria al Barça sobre la bocina.
Casi cuatro meses después, el ‘9’ volvió a deslizarse sobre el verde y a juntar sus puños para dedicar una nueva diana. Le recordó al mundo a quién le pertenece el trono de máximo goleador y tuvo tiempo de acordarse de Gil Manzano en su celebración. Su decimocuarto gol en dieciséis jornadas, casi a gol por partido; y eso que “a su edad le iba a costar adaptarse a una liga mucho más competitiva”.
Las cifras de Robert son aún más absurdas si tenemos en cuenta el cómputo total de partidos disputados esta temporada: 23 tantos en 25 apariciones. Durante la temporada pasada, por estas fechas, el máximo goleador era Memphis Depay con solo 8 goles; la diferencia es abismal, pero el salto de calidad de un año a otro es insultante.
Goles de todos los colores: cabezazos, voleas, penaltis, disparos potentes desde lejos, empujando pases de la muerte en el segundo palo, cazando rechaces en el área e incluso de tacón. Es la personificación perfecta del concepto de ‘9’. Sin embargo, el caso de Robert es diferente al del resto de delanteros.
Es mucho más que un goleador. Su estilo de juego sobrepasa las funciones del clásico ariete. Su innata capacidad de liderazgo mueve a todo el equipo en conjunto y, con sus movimientos con y sin balón, genera espacios entre la defensa rival y es capaz de inventar, asistir y finalizar la jugada.
Desde su aterrizaje en Barcelona, se sabía que la presencia del polaco en la plantilla iba a ser vital para dar ese salto de calidad tan esperado. Sin embargo, sus actuaciones partido tras partido y sus acciones dentro y fuera del campo han hecho que, con el paso de los meses, su figura se haya vuelto imprescindible dentro del vestuario.
Robert Lewandowski es más que un ‘9’ con gol; es el líder que sostiene a la generación actual de futbolistas y, a su vez, toda una referencia e inspiración para la camada de jóvenes que tomará las riendas del Barça del futuro.