El equipo de Setién se enfrenta este viernes a su primera piedra en el camino para conquistar esta inusual Champions League. El ambiente caldeado, muchas comparaciones y declaraciones un tanto soberbias que pueden provocar el enfado de los jugadores culés. ¿Qué debe hacer el Barcelona para ganar esta Champions? ¿Cómo debe jugar? Ante un equipo como el Bayern, el Barcelona debe salir en modo ofensivo a por la victoria.

La actuación de Ter Stegen será crucial para este partido: el buen juego de pies del alemán facilitará la salida de balón del conjunto culé y, además, puede ser la noche que necesita para dar un golpe sobre la mesa a nivel personal. No obstante, si el mejor del partido acaba siendo Ter Stegen, no sería buena noticia respecto al juego del Barcelona. La solidez de la zaga de centrales ante la presencia de Lewandowski también será vital, por ello, tanto Piqué como Lenglet deberán estar como mínimo a la misma altura que frente al Nápoles.

La presencia de Semedo y Jordi Alba en los laterales es fundamental tanto en ataque como en defensa: Semedo tiene el punto de velocidad adecuado para poder frenar las llegadas de los alemanes y puede contragolpear por este flanco, ya que el Bayern también dejará huecos por ahí. Por su parte, Jordi Alba se ha convertido prácticamente en el carrilero izquierdo del Barcelona: sus llegadas por sorpresa para crear jugadas con su fiel compañero, Leo Messi, serán de gran importancia para el juego ofensivo culé. En esta línea, este tipo de jugadas provoca que Suárez y Griezmann fijen a los centrales y los obliguen a estar pendientes de sus marcas. Ahí es donde entra una de las funciones de Arturo Vidal que, llegando desde atrás, puede causarle grandes problemas a la defensa bávara.

En cuanto al centro del campo, Sergio Busquets es un pilar fundamental para el desarrollo del juego culé: el de Sabadell será el encargado de ayudar a los centrales en la salida de balón tras la presión de los alemanes, pero también el encargado de lanzar la presión de su equipo tras pérdida. La presencia de De Jong y Vidal a su lado le permite descolgarse más en cuanto a la presión porque su espalda estará bien cubierta. Arturo Vidal le aportará físico, garra, llegadas de segunda línea y presencia en las acciones a balón parado. Por otro lado, De Jong será la pieza que le ha faltado al Barcelona en el tramo final de liga: el holandés aporta dinamismo, agresividad, físico, fuerza y mucha visión de juego, como ya demostró frente al Nápoles, por ejemplo, en la jugada del gol anulado de Messi con un pase espectacular con el exterior.

El rol de Messi en la creación de juego será vital: el argentino es el indicado para dar el último pase tan característico del Barcelona. Pero, para que esto funcione, Suárez deberá mover a la defensa bávara sin perder de vista el arco y Griezmann será el encargado de realizar desmarques que confundan a la defensa alemana en las marcas.

El Barcelona físicamente no se encuentra en su mejor momento. Por ello, los cambios se plantean muy importantes para el desarrollo del tramo final del juego. Si el resultado favorece a los culés, sería muy importante que Setién reforzase el centro del campo, por ejemplo, con la presencia de Sergi Roberto por Antoine Griezmann, poblando así el centro del campo y reforzando las bandas ante las ofensivas continuas del conjunto alemán en los minutos finales. Si el resultado es malo, no sería extraño que volviera Dembélé a disputar algunos minutos y junto a él, Ansu Fati para aportar velocidad y desborde o el cumpleañero, Riqui Puig, para darle más dinamismo al centro del campo.

Si el Barcelona quiere pasar a semifinales, deberá tomar el control del juego, ser dinámico en ataque y mostrar una defensa sólida y solidaria.