La primera temporada de Jules Koundé en el Barça recuerda a aquella frase que tantas y tantas veces escuchamos el verano pasado durante la gestación de su fichaje: “Calma, Koundé”. Calma. Esa es la sensación que ha transmitido el francés en la gran mayoría de partidos que ha disputado.
Cuando Jules aceptó la oferta del Barça por delante de la suculenta propuesta del Chelsea solo por cumplir su sueño de vestir de azulgrana y jugar en el Camp Nou, Xavi supo que había conseguido traer a uno de los defensas con mayor versatilidad y futuro de Europa.
La idea principal era que el francés acompañara a Ronald Araújo en el eje de la defensa para formar una de las parejas de centrales más físicas, temibles y prometedoras del panorama actual. Sin embargo, la maldición del lateral derecho volvió a hacer acto de presencia y, entre los problemas físicos de Sergi Roberto y el fiasco del fugaz regreso de Bellerín, Xavi no ha tenido más remedio que colocar a Jules como lateral derecho durante más de la mitad de la temporada.
Concretamente, de los veintiséis partidos que ha disputado el parisino esta temporada, solo doce han sido desde el eje de la defensa. Por un lado, su polivalencia hizo que pudiera rendir a buen nivel como lateral derecho durante su etapa en el Sevilla y aún cuando es convocado por Francia, pero de manera residual.
Sin embargo, cada partido en el que no parte como central sacrifica poder explotar su potencial al máximo por el bien del equipo, algo que ha dejado claro en más de una ocasión que hace que “no acabe de sentirse del todo cómodo”.
Al no disponer de un lateral derecho de garantías, tanto Jules como Ronald pueden ejercer como ‘parches’ en el carril diestro. No obstante, Xavi suele apostar por el francés, ya que su salida de balón, su capacidad técnica y su criterio a la hora de atacar son superiores a los del uruguayo. Cuando el extremo izquierdo del equipo rival tiene el uno contra uno como su mayor arma, Araújo es quien ocupa dicha posición.
Sin embargo, en choques contra equipos con un enorme despliegue ofensivo como el Manchester United, quedó demostrado -sobre todo en la vuelta en Old Trafford– que los ‘parches’ deben ser temporales y que al francés no se le puede seguir forzando a ser lateral.
Cuando Jules juega como central es cuando saca a relucir su mejor versión; se siente mucho más cómodo, más seguro de si mismo y explota su potencial defensivo. Tenerlo en el eje de la defensa, sea junto a Ronald o Andreas, es un seguro de vida. Su capacidad de aguantar al rival, despejar y sacar el balón jugado son vitales para el equipo.
Su gran actuación en la ida de las semifinales de Copa del Rey en el Bernabéu dejó patente la necesidad no solo de tener a Jules fijo como central, sino también de priorizar la llegada de un lateral diestro de garantías para evitar que el parisino siga realizando el mismo sacrificio jornada tras jornada. A fin de cuentas, Koundé funciona como ‘parche’ para el lateral a corto plazo, pero no es la solución que el equipo necesita para cubrir esas carencias. La clave para Jules se encuentra en el central.