Cuando el Barcelona fichó a Lewandowski el pasado verano contrató a mucho más que un delantero. El polaco, en un vestuario sin Messi, llegaba para liderar una de las generaciones jóvenes más prometedoras de los últimos tiempos. Los Pedri, Gavi, Balde, necesitaban un nuevo pastor. A base de goles y una actitud ejemplar con todos ellos, Lewandowski se instaló rápidamente como el principal exponente del equipo, quitando presión a los demás delanteros.

Su impacto positivo en el equipo es incuestionable: sus 15 goles en Liga (0,7 goles por partido) dieron el impulso que necesitaba Xavi en las primeras jornadas de Liga, antes de dar con la tecla. Luego, con los cuatro centrocampistas y con una defensa infranqueable, Lewandowski siguió sumando cifras y liderando al equipo. Sin embargo, la baja de Pedri ha trastocado los planes de Xavi y también del polaco, que se ve obligado a intervenir en zonas más alejadas del área.

    Robert Lewandowski en una acción del Clásico (Photo by Urbanandsport/NurPhoto via Getty Images)

Así lo confirman las cifras: el delantero ha anotado 3 goles en sus últimos 10 partidos, lejos de las cifras que venía promediando en el inicio liguero. Sus expected goals también han descendido. En los últimos tres partidos, Robert Lewandowski ha promediado 0,4, cuando su media de goles por partido esta temporada asciende hasta los 0,7. Aunque, pese a su evidente bajón de rendimiento, el polaco sigue siendo el pichichi de la Liga y el jugador que más remata por partido.

    Mapa de calor de Lewandowski en el clásico (Sofascore)

Sin embargo, su impacto lejos del área sigue siendo positivo. Sin ir más lejos, sus apoyos en el clásico resultaron claves para desactivar la presión blanca. A la espera de Pedri, Lewandowski es uno de los grandes generadores de fútbol del equipo. Su inteligencia y experiencia le permiten adaptarse a distintos contextos. Pero el Barça, con la llave del canario y el regreso de Dembélé, espera volver a acercarlo a su espacio de caza favorito: el área.