Ricky y Roky, Roky y Ricky. Dos apodos aparentemente parecidos con el mismo objetivo. Al más puro estilo ‘Rocky’, «no se trata de lo fuerte que puedan golpear, sino de su capacidad de aguantar los golpes y seguir avanzando». Ambos necesitan aprovechar al máximo sus oportunidades para recuperar sensaciones y volver a ser felices jugando a baloncesto. Sin embargo, no parece que vayan a tener el mismo destino. Mientras que el primero está cada vez más dentro del equipo, el segundo está cada vez más fuera. O al menos eso fue lo que dio a entender Rokas en zona mixta: «Intento demostrar carácter, mentalidad y ayudar al equipo en lo que pueda. Pero bueno, veremos qué acaba pasando a final de temporada». Suelta la bomba «a lo Navarro» y acto seguido se marcha con toda la tranquilidad del mundo. Así es el bueno de Roky.

Sobre el partido, media hora antes del salto inicial, un Palau teñido de negro parecía haber vendido su alma al ‘diablo serbio’ y fue poseído por una ruidosa marabunta de aficionados de Partizán. Los seguidores del conjunto serbio se dejaron la voz desde el calentamiento y, en la introducción de los suyos, hicieron temblar los cimientos del templo azulgrana. La reacción de los incondicionales del Palau no se hizo esperar, liderada por unos ‘Dracs’ que escupieron su fuego azulgrana para abrasar a los ultras serbios y encender a sus jugadores.

El terremoto serbio dejó aturdidos a los azulgranas durante los primeros compases del partido, sin respuesta ante el avasallamiento balcánico. El tiempo muerto de Grimau tras el 9 – 14 y la entrada de Hernangómez y, sobre todo, Ricky y Roky, marcó un punto de inflexión en el cuarto. Por un lado, la conexión entre el pívot madrileño y el base catalán tiene potencial para igualar e incluso superar el nivel mostrado en la Selección. Cuando Ricky tiene el balón entre sus manos, la pizarra azulgrana cobra vida propia y el juego del Barça alcanza una nueva dimensión. El mago del Masnou hechizó al público del Palau con una deslumbrante asistencia sin mirar por encima del hombro para que el mayor de los Hernangómez hundiera el balón en el aro. Seguridad y atrevimiento; el caos perfecto.

Ricky Rubio marcando jugada mientras sube el balón, costumbres que nunca cambian | Fuente: Getty Images

La explosión de Jokubaitis terminó por dinamitar el primer cuarto. El base lituano, que sabe que apunta a ser el gran damnificado tras el regreso de Ricky, aprovecha al máximo la mínima oportunidad. Además de su impacto en el aspecto individual debemos sumarle su contribución a nivel colectivo. Su entrada hizo mejor a sus compañeros, sobre todo a Jabari Parker, a quién parece que cada vez le aprietan menos las trenzas; partidazo mayúsculo del alero de Chicago. 

‘Roky’ irrumpió en el primer cuarto con 6 puntos (2/2 en triples) y 2 asistencias | Fuente: Getty Images

Como era de esperar, no todo fueron luces. Hubieron momentos de dudas que Partizán supo identificar para recortar distancias y ejercer aún más presión en el marcador de la que ya ejercían sus aficionados desde la grada.  Sin embargo, el Palau se vistió de gala para cantar sus mejores ‘hits’ y ‘Un dia de partit’ y ‘El Barça és la nostra vida’ terminaron por silenciar a la marea serbia.

La serenidad y el orden que mostraron los azulgranas en ambos aspectos del juego durante prácticamente todo el partido llevaron a Roger Grimau a hacer lo impensable. El técnico catalán, sufridor por natulareza, llegó a sentarse en el banquillo con el partido en juego, algo totalmente inaudito y muy seguramente fruto de la satisfacción de saber que las cosas habían salido bajo lo esperado.

Roger Grimau encara el tramo más importante de su primera temporada al frente del equipo | Fuente: @FCBBasket

En rueda de prensa, Grimau aseguró no haber tenido la sensación de control total en ningún momento y se mostró extremadamente cauto con el tramo final de fase regular, y no es para menos. Se aproximan tres de las salidas más complicadas del calendario como son la pista del Bayern de Pablo Laso, el Panathinaikos de Ataman y el Fenerbache de Jasikevicius, de quién hablaremos en otro momento tras sus últimas declaraciones. Sin embargo, reconoció que el equipo cuajó uno de los mejores partidos de la temporada, y es que los números no mienten. Hasta ocho jugadores con dígitos dobles de valoración, el quinteto titular y, cómo máximos exponentes de la segunda unidad, Hernangómez y, sí, Ricky y Roky.