Pena máxima
No cabe duda de que los penaltis han sido los protagonistas de este encuentro que se cierra con un empate entre el segundo y tercer clasificado de la tabla. El propio Setién hacía saltar la sorpresa con el 4-4-2, dejando a Ansu y Griezmann en el banquillo y apostando de nuevo por Riqui Puig como titular, quien realizó un gran partido.
Tras un inicio donde los de Simeone ponían el ritmo al encuentro, el Barça se adelantaba con un gol en propia puerta de Diego Costa, tras un saque de esquina de Leo Messi. Poco después del tanto de Diego Costa a favor de los locales, Arturo Vidal forzaba el penalti. El propio Costa era el encargado de ejecutar el lanzamiento, si bien, este sería detenido por Ter Stegen, aunque finalmente el árbitro anularía el lanzamiento, amonestando al portero culé con una tarjeta amarilla por haberse adelantado antes de tiempo. De nuevo, se repetía el penalti y esta vez, Saúl no desaprovechaba la ocasión y anotaba el primer tanto para los suyos.
La primera parte se mostraba dividida, con oportunidades para ambos equipos; el Barça, buscaba su juego de toque tan característico y el Atlético, las contras y las jugadas a balón parado. Precisamente antes del descanso, Oblak envió a saque de esquina un lanzamiento de falta de Messi, que se convertía en la ocasión más clara de los azulgranas.
Ya en la segunda parte, con apenas unos minutos de juego, el central del Atlético, Felipe, obstaculizaba la carrera de Semedo tras un ligero toque en el área, jugada que finalizó con el segundo gol de para equipo, esta vez, de las manos del número diez del Barça quien anotaba su gol número setecientos -que se dice pronto- de “panenka”.
Sin embargo, el Atlético sacó a relucir su carácter luchador e incorformista, y de nuevo, empató el encuentro con un nuevo penalti, esta vez, tras una jugada francamente dudosa donde el árbitro entiende que Semedo dificulta la carrera de Carrasco, haciendo que este pierda el equilibrio y caiga al suelo. Saúl sería el encargado de lanzar el tercer y último penalti, que no pudo ser detenido por Stegen aunque rozó el baló con sus dedos.
Ambos entrenadores reaccionaron y movieron el banquillo; Setién incorporó a Rakitic por Sergi Roberto mientras que Simeone apostó por Joao Féliz y Morata. El Barcelona presionaba la salida del rival, buscaba pases en profundidad e incluso Arturo Vidal remataba de cabeza un gran centro de Semedo que salió lamiendo la escuadra.
Cuando el partido ya estaba finalizando y como un intento un poco a la desesperaba, Setién sacaba a Busquets y metía a Ansu Fati, incorporando a Griezmann para jugar los minutos de descuento. Finalmente, el partido se cerraba con el empate en el marcador, lo que aleja -aun más- a los azulgranas del título liguero.